Ajedrez por Zenón Franco: Partidas Memorables (193), Boris Spassky vs Robert Fischer, Siegen 1970

Mañana se cumplirán 50 años de la finalización del “Match del siglo”, en el que Bobby Fischer se consagró como campeón del mundo en Reikiavik, derrotando al soviético Boris Spassky.

Boris Spassky jugando con Fischer en Siegen 1970 (Foto Wolfgang Betzen, Schachclub Wangen)
Boris Spassky jugando con Fischer en Siegen 1970 (Foto Wolfgang Betzen, Schachclub Wangen)Foto Gentileza

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Hoy iremos más atrás, a dos años antes.

La URSS, casi imbatible en las olimpiadas de ajedrez

La URSS fue la gran dominadora de las olimpiadas de ajedrez desde Helsinki 1952, donde participó por primera vez.

No es extraño, ya que el campeón del mundo y los máximos aspirantes al título eran soviéticos.

Cerca de los años 80 esa superioridad dejó de ser abrumadora, aunque siguió ganando hasta su desaparición, con la excepción de Buenos Aires 1978 (venció Hungría), y de Haifa 1976, en que no participó.

Rusia tomó el relevo hasta Bled 2002, tras ese triunfo, con Kasparov en el equipo, Rusia no gana, a pesar de estar siempre entre los favoritos; Rusia no participó en Chennai 2022 por las razones conocidas.

La Olimpiada de Siegen 1970

En la 19ª Olimpiada de Siegen, Alemania Oriental, jugada del 5 al 27 de septiembre de 1970, Fischer y Reshevsky jugaron juntos por primera vez, el refuerzo del equipo de EE.UU. concibió esperanzas de luchar por la victoria.

Pero el equipo soviético era tremendo: Spassky, Petrosian, Korchnoi, Polugaevsky, y como suplentes Smyslov y Geller, no parecía realista poder despojarlos de “su” título.

El posible encuentro de Bobby Fischer con el campeón mundial Boris Spassky despertó una gran expectativa.

No obstante, la presencia de Fischer no era segura, especialmente después de su larga lista de exigencias, de las que solo se le concedió una, el separar un poco más su mesa de los espectadores.

Fischer había acudido a la olimpiada de Lugano 1968, al no estar conforme con las condiciones de juego no participó, en Siegen 1970 Fischer no se mostró inflexible, esa vez quería jugar.

La competencia tenía seis grupos, dos países de cada grupo se clasificaban a la Final A, el resultado entre ellos computaba para la final.

En esa fase previa EE.UU. perdió 2½ a 1½ ante el otro equipo clasificado, Alemania Oriental, lo que no era un buen comienzo.

No obstante, tras las primeras cinco rondas de la final, luego de vencer a Rumania, Argentina, Canadá y Bulgaria, EE.UU. compartía el primer puesto con Hungría con 12½ puntos, seguidos de la URSS y Yugoeslavia con 12 puntos.

El encuentro estelar

Para la 6ª ronda llegaron aficionados de toda Europa, no había habitaciones en más de 50 km de Siegen para ver el duelo URSS vs EE.UU., o, mejor dicho, el de Spassky vs Fischer.

Cuenta Frank Brady en su libro Profile of a Prodigy que durante el torneo Fischer estaba especialmente molesto por los ruidos del hotel, que le impedían dormir a su ritmo habitual, que era despertarse muy tarde, igualmente esa falta de sueño no se notó en su juego.

Tanto Fischer como Spassky estaban muy nerviosos antes y durante la trascendental partida que los enfrentó.

Spassky había vencido a Fischer en 1960, y en 1966, y habían hecho dos tablas; desde el último encuentro entre ambos habían pasado cuatro años, en ese interín los progresos de Fischer fueron notables, mientras que Spassky había logrado el título mundial.

En la partida de Siegen solo había un punto en juego, aunque de gran importancia simbólica y quizás deportiva.

Korchnoi comentó, según Russians vs. Fischer que los partidarios de Fischer estaban tan confiados en la victoria, que hasta habían organizado un banquete en el restaurante donde se hospedaba el equipo soviético.

La sesión de juego era de cinco horas, Fischer consumió una docena de botellas de jugo de manzana, mientras que Spassky fumaba nerviosamente.

En cierto momento parecía que la URSS iba a perder por 3 a 1 como mínimo, Fischer luchó con todo esfuerzo por la victoria, rechazando posibilidades de empate, pero se excedió en los riesgos, Spassky logró solventar sus problemas y venció tras un espectacular contraataque.

Su triunfo fue recibido por una atronadora ovación, la URSS también dio vuelta a los presagios, no perdió sino que ganó 2½ a 1½.

Tras esta nueva derrota utilizando la Defensa Grunfeld ante Spassky, Fischer no la empleó en el match por el título de 1972 y tampoco en el de 1992.

Korchnoi dejó claro que no había solo partidarios de Fischer, dijo que cuando abandonó el sitio de juego, gente de varios países se acercaban a felicitarlo a él, sonrientes, y que la victoria de Spassky complació hasta a algunos norteamericanos, cuyos nombres se reservó, y añadió “Spassky no tuvo una gran opinión de esta partida en cuanto a su contenido ajedrecístico: consideró que había ganado una guerra de nervios”.

Al volver a Moscú Spassky fue entrevistado por el periodista Viktor Khenkin, dijo que era su obligación como campeón del mundo jugar contra los aspirantes al título y que nunca dudó en jugar ese día.

A la pregunta de si estaba confiado en ganar, respondió que no, que eso era imposible, y añadió: “Ni yo sé cómo sucedió, pero antes de la partida con Fischer sentí esa pasión especial, sin la cual los altos logros son impensables”.

Spassky Fischer, Siegen 1970. Mira Gheorghiu, pasea Najdorf (Foto: Wolfgang Betzen, Schachclub Wangen)
Spassky Fischer, Siegen 1970. Mira Gheorghiu, pasea Najdorf (Foto: Wolfgang Betzen, Schachclub Wangen)

Opinión de Spassky sobre Fischer

Se le preguntó cómo se había comportado Fischer durante la partida y dijo que, “como siempre”, Fischer estuvo irreprochable al jugar, que siempre mostraba respeto por sus rivales, más aún si los consideraba suficientemente fuertes; al finalizar estrechó su mano, estuvo 10 minutos por la sala de juego “aunque en esos momentos los ajedrecistas por lo general buscan la soledad”.

Fischer no propuso analizar la partida, y él tampoco “porque sabía cuál era su ánimo”, aunque hubiera sido interesante analizar, pero esa posibilidad no se presentó.

Se le pidió una opinión general sobre Fischer, dijo que lo tenía en alta estima, que, comparado con los años anteriores, estaba más contenido, si bien se notaba que era muy nervioso, que buscaba hacer respetar la profesión de ajedrecista, que el ajedrez era su vida.

“Prefiere la soledad. Cuando habla con la gente se anima y gesticula notoriamente”, “Fischer es bastante modesto, muy serio y muy trabajador. Tiene talento y trabaja mucho, Para mí esas son cosas importantes”, y culminó diciendo “Fischer es a la vez ingenuo y orgulloso. Es sincero. Esa gente no se adapta con facilidad, y me parece que Fischer es muy solitario. Esa es una de sus tragedias…”.

Finalmente, la URSS consiguió otro triunfo olímpico, aunque no de forma holgada, segundo fue Hungría seguido de Yugoeslavia, y EE. UU. terminó en cuarto lugar.

Spassky logró el mejor resultado en el primer tablero con 9½ puntos sobre 12, el segundo mejor fue el de Fischer, con 10 sobre 13.

Volviendo a la partida con Spassky, la seca descripción de Fischer fue: “Esperemos a la próxima vez. Spassky tuvo suerte”.

No puedo dejar que recordar que Don Miguel Najdorf contó en el Club Argentino de Ajedrez de Buenos Aires que se había encontrado con Fischer mientras este cenaba con su tablero de bolsillo.

Fischer estaba seguro de que tenía una continuación ventajosa, pero no la encontraba, Don Miguel contó que él se la sugirió y Fischer estuvo de acuerdo, algunos oyentes eran escépticos alrededor de la exactitud de la anécdota.

Recordemos esa partida histórica basada en comentarios de Spassky y de mi libro Spassky Move by Move publicado en inglés, castellano y ruso.

GM Zenón Franco Ocampos

Ponteareas, 31 de agosto de 2022

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