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“Es un sentimiento indescriptible. Es volver a un lugar a donde pertenecí en algún momento”, comentó Medina, de ahora 22 años, a ABC Color, tras hacer su regreso a la competición el sábado en el festival de lanzamiento, donde se impuso con el martillo (56,11 m).
El sábado retomó su historia arriba, en lo más alto del podio, el mismo lugar donde se había cortado cinco años atrás, entonces al colgarse el oro en el Sudamericano Sub 18, en Concordia, Argentina.
“Fue un año de película, fue un año perfecto. Me fui al Mundial de Juveniles teniendo dos años menos, terminé el año siendo campeón sudamericano y tercero a nivel mundial (en su categoría). Para despedirme, fue de la manera perfecta”, recordó.
Pero los duros entrenamientos hacia el éxito le pasaron factura a sus rodillas, en las que sufrió condritis (degeneración del cartílago), que lo llevó más adelante a operarse y tomar la decisión de dejar el atletismo.
Cinco años más tarde, con las rodillas resentidas pero en mejores condiciones, casi “normales”, como detalla, Medina está de vuelta, motivado a clasificar a uno (o dos) Juegos Olímpicos, una cuenta que dejó pendiente cuando adolescente.
“Me veía volviendo, tenía muchísimas ganas de volver, pero lo que alimentó aún más eso fueron los JJ.OO.. Ver a los atletas competir despertó en mí un sentimiento que se quedó ahí guardado, yo aspiré siempre a clasificar a unos JJ.OO. Una vez, cuando hablé con el psicólogo deportivo, incluso le dije que me veía en un podio. Eso es lo que me animó a volver, algo que no cumplí, algo que me quedó pendiente con el atletismo”, confesó.
Aunque la lesión no le permite entrenar ni lanzar de la misma forma, técnicamente, hace dos meses se entrena con Plinio Penzzi y Silvio Ovelar, con la mente puesta en el próximo Panamericano sub 23, batir el récord nacional, París 2024 y, si las rodillas le permiten, Los Ángeles 2028.