Ante esta situación, “se tomarán medidas más estrictas para las competiciones que se desarrollen” en los departamentos que actualmente están bajo estado de urgencia, “incluyendo la ausencia de espectadores”, declaró el Comité Organizador en un comunicado conjunto con el Comité Paralímpico Internacional (CPI), el gobierno japonés y la ciudad de Tokio.
Esta medida para los Juegos Paralímpicos es similar a la adoptada para los Olímpicos, en los cuales casi el 98% de los eventos se disputaron a puerta cerrada.
No obstante, alumnos de escuelas locales podrán asistir a ciertas pruebas, con el objetivo de avanzar hacia “una sociedad más inclusiva”.
Japón vive desde finales de junio su quinta y peor ola de coronavirus, con récords de infecciones registrados regularmente. El estado de urgencia, que debería prolongarse el martes hasta mediados de septiembre y extenderse geográficamente, según los medios locales, parece cada vez menos eficaz: los casos diarios no paran de aumentar y superaron por primera vez la barrera de los 20.000 a nivel nacional el viernes y el sábado.
El Comité de Organización asegura que esta ola de infecciones, que empezó varias semanas antes de la cita olímpica, no está relacionada con el evento. Hasta la fecha, se han identificado unos 540 casos en Japón entre personas involucradas en los Olímpicos, la mayoría de ellos entre empleados establecidos en Japón.