“No romos robots, somos personas, tenemos sentimientos como todos. Estoy agradecido por haber tenido competidoras maravillosas y espero que pronto Simone esté en el grupo de nuevo” , comentó Andrade, de 22 años, en conferencia de prensa, acompañada por las dueñas del oro, la estadounidense Sunisa Lee, y de bronce, la integrante de la delegación del Comité Olímpico Ruso Angelina Melnikova. Andrade acabó con 57.298 puntos en el Centro Gimnástico de Ariake, por 57.433 puntos de Lee.
“Yo creo que no faltó nada. Di lo mejor de mí y estoy muy orgullosa”, expresó la gimnasta paulista cuando se le preguntó por lo cerca que estuvo del oro en una prueba en la que estuvo ausente Biles al retirarse por los efectos de la “presión” de competir como la indiscutible reina de esta especialidad. “Independientemente de oro, plata o bronce o si no hubiese ganado medalla, tuve una gran actuación y estoy agradecida”, añadió.
Andrade recordó momentos difíciles en su carrera, con tres operaciones por roturas de ligamentos en la rodilla derecha en 2015, 2017 y 2019 que pudieron haber acabado prematuramente con su carrera. “No es fácil una cirugía, imagínate tres, yo no tengo como agradecer en palabras a quienes confiaron en mí. Tuve que luchar contra los prejuicios, pero tenía la certeza de que mejoraría y estaría aquí”.
Agradeció a su familia y a su entrenador, Francisco Porath, por creer en ella. “El creyó en mi talento. Siempre me respetó y siempre quiso lo mejor para mí y yo estoy muy agradecida por ello”.