Con esta prueba volvía el ciclismo femenino de élite a la localidad armera tras la suspensión por la pandemia de la pasada edición y lo hacía con un elenco de corredoras muy brillante, del que sobresalía la que a la postre fue vencedora, triple ganadora del Giro y una de las mejores ciclistas del mundo en este momento.
La carrera discurrió con pocos sobresaltos, la dureza del recorrido aconsejó prudencia y tampoco la carretera, mojada por la lluvia, aconsejaba aventuras para afrontar los 117 kilómetros de su recorrido.
Van Der Breggen disimulaba su estado físico en los puertos previos al final de etapa, en los que parecía sufrir, mientras que la líder de Movistar, Van Vleuten, ganadora esta temporada de la Lieja- Bastoña, se dejaba ver en el Alto de Itziar cuando la carrera comenzaba a cobrar interés en los 30 últimos kilómetros.
El puerto de Udana (2ª categoría), que se hizo duro por la lluvia y las pendientes que tiene en su trazado, haría la última selección del grupo que se iba a jugar la victoria en el santuario de Arrate.
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Se quedó un grupo de 1diez componentes y cinco perseguidoras a la altura de Elgoibar, para afrontar el ascenso final como un bloque hasta que fueron cazadas por el pelotón y hubo una nueva fusión en la que ya estaban todas las favoritas para afrontar el escarpado relieve de los últimos ocho kilómetros finales.
Las campeonas europea, mundial e italiana se iban a jugar el triunfo en los últimos metros después de que Van Vleuten no viera fructificar su ataque, la líder de Movistar perdió fuerza y Van Der Breggen remató a tres kilómetros del final para deshacerse de la compañía de sus dos rivales y cruzar en solitario la meta de Arrate.
