El gran desafío

Con Francisco Arce defendiendo el invicto de Cerro Porteño, mientras todavía se saborea el reciente logro del Apertura.

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Con Gustavo Costas intentando volver a hacer de Guaraní aquel equipo gratificante a la vista, en plena previa a los choques coperos con Gremio.

Con Gustavo Morínigo luchando por darle forma a un Libertad que parece mirar con ojos diferentes al mano a mano con Wilstermann, respecto a su irregular vida al plano local

Es indudable que entre los desafíos inmediatos que tienen los entrenadores de los equipos más ambiciosos de nuestro fútbol, el de Néstor Gorosito aparece como ambiguo y bastante extraño, por los plazos en los que deberá cumplir la primera parte de su tarea.

Empezando por esa medición que hoy cumplen las redes sociales casi como artistas exclusivos de la resonancia y reacción ante la realidad de los equipos, al no haber público en los estadios.

En dichas esferas, se pasó del hartazgo hacia Garnero, a una cierta desconfianza por el interino Landaida, que tras dos partidos sedujo a la mayoría y no fueron pocos los que pidieron su continuidad hasta fin de año. Y vaya que si no se asumía el compromiso de contratar rápidamente a un DT que llegue casi en simultáneo con el gerente Bassedas, vistos los resultados y la reacción del plantel, fijar a Landaida hasta el resto de la temporada no hubiese sido una mala idea.

Por eso el estreno de Gorosito enfrentaba al gran temor sobre una eventual situación, ver la reacción general si el equipo perdía el vuelo que venía mostrando en las tres victorias consecutivas. Parecía poco probable, porque salvo Iván Torres como lateral, el resto era el mismo conjunto del efecto Landaida.

Pero ocurrió, en gran dimensión porque Luqueño sorprendió con un planteo de presión, traslados rápidos y un medio campo bien técnico. En gran parte porque algunos rendimientos individuales bajaron y se notó que hasta el mano a mano les costó a los franjeados en todos los sectores del campo.

Cuando todo era preocupación por el debut menos esperado, los dirigidos por Gorosito demostraron que no era una cuestión de brazos caídos y le pusieron mucha entrega para dominar al local y cambiar la orientación del juego que le había sido tan adverso en la etapa inicial.

Es el gran desafío que le espera a Gorosito, el primer gran mojón será el 3 de diciembre, con un superclásico que se juega más que nunca por el honor, ya que los grandes intereses de este torneo se plantan desde los play-offs.

Aunque si Cerro Porteño mantiene el invicto para esa fecha, ese ingrediente realzará mucho más el tradicional choque, que puede determinar un gran alza en las acciones del entrenador argentino, o ampliar este escepticismo de una gran parte, que ni siquiera conoce su forma de trabajar.

Deberá encontrar rápidamente al lateral izquierdo, decidir si le da hilo a Braian Ojeda o apuesta al regreso de Richard Ortiz. El retorno de Camacho a la titularidad suena más que potable, en primer lugar por el nivel exhibido por Néstor, complementado a las altas y bajas del juvenil Diego Torres.

Una muy buena para el Pipo es que Roque Santa Cruz vuelve de a poco a su mejor forma y a marcar seguido en el arco contrario, como aquel final del año anterior.

Difícil, porque en un mes arranca la verdadera definición, tras once fechas que para los grandes son de un testeo permanente sin grandes presiones. Bueno, está la excepción en el caso Gorosito, con un desafió bien difícil, consolidar a un equipo que aún muestra algunas sombras de mitad de cancha hacia atrás y llevarlo a la definición del título o cuanto menos asegurar la participación en la Libertadores 2021.

Todo esto en nombre del presupuesto y la estabilidad de una institución, que tomó un rumbo bien diferente a lo anterior, rumbo al que como todo en el fútbol, solo consolidarán los triunfos.

@Fedearias77

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