Suspendida el 24 de mazo tras dos jornadas, la temporada de National Rugby League (NRL) se reanuda con el partido a puerta cerrada Brisbane Broncos-Parramatta Eels, y debe durar hasta el 25 de octubre, fecha prevista para la final.
Los equipos, sometidos a un estricto protocolo sanitario, son repartidos en dos estados del este del país. Los Warriors, el equipo neozelandés que integra el campeonato australiano, tendrá su base en Tamworth, a 420 kilómetros al norte de Sídney.
La capacidad de Australia para contener la progresión del coronavirus permitió descartar la idea, que se contempló durante un tiempo, de alojar a los 16 equipos en una isla en Queensland.
Australia fue uno de los países que mejor logró contener la pandemia del COVID-19, con poco más de 7.100 casos y 102 muertes, según cifras del ministerio de sanidad. Para la NRL, esta reanudación debe permitir a nivel económico llenar unas arcas que se estaban vaciando.