El líder del equipo Deceuninck-Quick Step, que este año vistió el jersey amarillo de líder durante dos semanas en el Tour, no quiere ni pensar en que eso pueda ocurrir, aunque la ministra francesa de Juvenud y Deporte, Roxana Maracineanu, comentó el pasado miércoles que un Tour “a puerta cerrada” entraba dentro de lo posible.
“Sería insólito”, apuntó Alaphilippe en declaraciones a RMC Sport. “No me lo imagino. El público es parte del Tour de Francia. Imagina el Mundial de fútbol en un estadio vacío”, apuntó el ciclista francés, quinto este año en la ronda francesa. Alaphilippe advierte, no obstante, que participaría en cualquier caso. “Si tenemos que hacerlo, lo haremos, pero prefiero imaginar que el virus se irá y que podremos correr con público”, afirmó.
El Tour de Francia, cuyo comienzo está previsto para el 27 de junio, se ha venido disputando ininterrumpidamente todos los años desde la II Guerra Mundial y es, por el momento, el siguiente “gran monumento” del deporte universal amenazado de suspensión por el coronavirus, como ha sucedido ya con el Giro de Italia y las clásicas de primavera.
Según diversos medios franceses, la empresa ASO, organizadora del Tour, se ha dado un plazo hasta el 15 de mayo próximo para tomar una decisión definitiva.