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Pilara, nacido hace 51 años en Argentina, fue árbitro desde 1990 hasta el 2014 en la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), también en el circuito mundial de Seven, actualmente trabaja en la URBA, la Unión Argentina de Rugby (UAR) y como asesor en la URP.
Desde hace 2 meses, visita nuestro país regularmente para trabajar muy de cerca con Esteban Silva, el oficial de desarrollo de referee en Paraguay, en la formación de los jueces de la Primera División y las Divisiones Formativas. Como parte de sus actividades asiste a los prácticas de los clubes y comparte sus experiencias y conceptos con entrenadores y jugadores, las otras “patas de la mesa”.
“El rugby es como una mesa de cuatro patas, árbitros, jugadores, entrenadores y dirigentes son todos importantes pero estos primeros tres son los que están relacionados directamente con el juego y por eso trabajo con ellos, para que tengan una mejor comprensión del mismo”, comenzó diciendo el entrevistado.
Pilara explicó que el arbitraje paraguayo está muy bien considerado a nivel sudamericano, motivo por el cual los colegiados nacionales son convocados para impartir justicia en torneos sudamericanos, sin embargo, el asesor argentino notó en sus visitas que nuestro país no se les tiene la misma estima.
“Sudamérica confía en los árbitros paraguayos, pero Paraguay no, ¿Por qué pasa esto? Estuve en los entrenamientos de varios clubes y descuidan el conocimiento reglamentario. Si los entrenadores de Primera y de las categorías Formativas no están actualizados en las reglas, es lógico que los jugadores piensen igual, luego cometen errores en los partidos y se enojan cuando los árbitros los sancionen basándose en el verdadero reglamento, es un círculo vicioso”, expresó Pilara.
El ex referee agregó que no solo hay desconocimiento sino que es habitual culpar al árbitro cuando los resultados no se dan. “El referí ayuda al juego y el juego ayuda al referí, esa es la idea que tenemos que empezar a entender. Es la idea con la que me estoy acercando a los clubes porque hay cuestiones tácticas y de juego que muchas veces no se comprenden, también falta entender que el referee no tiene la camiseta de ningún equipo”, apuntó.
“No es que los réferes dirijan mal, dirigen el rugby que se está jugando, un rugby con 80 situaciones de tackle y post-tackle, cuando a nivel internacional tenés 150, dirigen 25 o 30 scrums cuando en un partido normal tenés solo 15. Para mejorar todos tienen que comprender más el juego y conocer el reglamento, le dejan toda la responsabilidad al referee cuando en realidad es solo una de las patas de la mesa”.
“Es cierto que los árbitros tienen que mejorar, falta reforzar la aplicación de algunos criterios y muchas otras cosas, pero los árbitros paraguayos están encaminados y a pesar de los errores que puedan cometer han mejorado mucho, ya salieron de terapia intensiva como estaban antes, pero los que no comprenden el juego siguen ahí”, refirió.
Posible profesionalización y sanciones a los clubes
Consultado acerca de la posibilidad de profesionalizar a los árbitros, el entrevistado admitió que desconoce si existe algún proyecto de la URP a futuro para tener jueces que se dediquen 100% al rugby. Pilara comentó que no es nada fácil tener referees profesionales y que él trabaja solamente en la formación de los mismos. Además agregó que en Argentina tampoco tienen referes 100% profesionales sino que solamente cobran un viático para trasladarse a los partidos, al igual que en Paraguay. “Además aunque fueran profesionales no significa que no se puedan equivocar”, añadió Pilara.
En cuanto a posibles sanciones en caso de insultos a referees el asesor argentino relató que la URBA sanciona a los clubes con pérdidas de localía. “Mi club, Olivos, años atrás increpó a un árbitro y nos suspendieron varias fechas. Cada vez que tocaba ser local se tenían que ir a jugar de visitante en la cancha de su rival, con todo lo que eso significa, el tener que trasladarse lejos de tu casa, perdimos ingresos por entradas, etc. Después nunca más se le gritó a nadie”, relató el argentino.
“Esas son ideas que hay para cambiar pero esa educación tiene que salir de dentro, es otro de los aspectos donde tenemos mucho que avanzar en Paraguay. La idea es que durante y después del partido pueda haber un diálogo entre los árbitros y los jugadores o entrenadores. Todos nos podemos equivocar pero debe haber respeto y hablar en buenos términos, falta buena comunicación”.
Evaluación a los árbitros por parte de los técnicos
“Cuando yo voy a los entrenamientos y habló con los adiestradores les indico los errores que yo puedo ver desde el reglamento, y ellos me explican cosas que a mi me puede ayudar a cobrar mejor, debe haber esa colaboración constante entre todos”, apuntó Pilara y manifestó que se está estudiando la posibilidad de que los entrenadores hagan una evaluación de los referees después de cada partido.
“Que expliquen con sus palabras como los árbitros manejaron el scrum, los tackles, los lines, el juego sucio, etc. Para eso tiene que estar comprometidos en querer mejorar todos juntos y no marcar todo mal cuando pierden y todo bien cuando ganan. Es un proceso largo que viene avanzando, mientras más confianza y entendimiento exista entre las patas de la mesa mejor le irá al rugby paraguayo”, concluyó.