Rojas se quedó a trece centímetros del récord del mundo, su otro reto en Doha-2019, pero fue suficiente para lograr cómodamente su segundo oro mundial, tras el conseguido hace dos años en Londres.
La plata fue para la jamaicana Shanieka Ricketts (14,92 metros) y el bronce para la colombiana Caterine Ibargüen (14,73 metros), de regreso tras una lesión y una operación hace dos meses.
La estrella venezolana cierra un año de nuevo espectacular, en el que además de este título se colgó también la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima, el pasado mes de agosto, y en el que pudo progresar mucho en sus marcas, sobre todo con el espectacular 15,41 metros que logró a principios de septiembre en Andújar (España) y que le dejó con la segunda mejor de la historia en el triple salto, a nueve centímetros del récord mundial de la ucraniana Inessa Kravets (15,50 m, vigente desde 1995).
Para Ibargüen fue su quinta medalla en Mundiales (dos oros, una plata y ahora dos bronces), pero sobre todo fue una victoria personal por su operación debido a una fascitis plantar en agosto, tras la cual sólo había competido una vez antes del Mundial y no había sido en el triple salto, sino en el salto largo.