Una vez restablecido de los achaques físicos que tuvo en los campeonatos nacionales, Bolt sentó sus reales en la capital carioca y no dejó el más pequeño margen a la sorpresa. Su triple-triple olímpico acaparó los focos en los Juegos, que arrojaron además tres récords mundiales y dos dobletes de categoría: uno en velocidad, a cargo de la jamaicana Elaine Thompson (100-200), y otro en el fondo, obra de Mo Farah (5.000-10.000).
Como en Pekín 2008 y en Londres 2012, Bolt arrasó en las tres pruebas que corrió, las individuales de 100 y 200 metros y el relevo 4x100. En ninguna batió récords mundiales -no lo hace desde 2009-, pero en todas dejó para la historia la imagen de sus rectas imperiales camino del triunfo.
Con nueve medallas de oro en la mochila, Bolt igualó al fondista finlandés Paavo Nurmi y al velocista estadounidense Carl Lewis, los únicos que hasta aquí habían alcanzado una cifra semejante. Bolt se despidió de los Juegos Olímpicos el día en que cumplió 30 años, coincidiendo con la clausura. No estará ya en los de Tokio 2020, pero aún le quedan los Mundiales de Londres 2017, los de su retirada definitiva.
En Río 2016 no estuvo Rusia como país, castigada por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) por connivencia con el dopaje, y su única atleta, Daria Klishina, obtuvo un deslucido noveno puesto en la final de longitud. La competición ofreció su primer récord mundial el primer día, cuando la etíope Almaz Ayana se alzó con el primer oro en disputa con un tiempo de 29:17.45, batiendo a la keniana Vivian Cheruiyot, que luego se tomó cumplido desquite en el 5.000.
El 14 de agosto, el sudafricano Wayde van Niekerk, con un registro de 43.03 en la final de 400, borró de las listas el viejo récord mundial establecido por el estadounidense Michael Johnson en los Mundiales de Sevilla'99 (43.18). El defensor del título, el granadense Kirani James, terminó segundo con 43.76.
Sucedió el mismo día en que Usain Bolt se colgó la primera de sus tres medallas de oro, ganando los 100 metros en 9.81. El estadounidense Justin Gatlin volvió a ser segundo (9.89), como en Londres 2012. La tercera plusmarca mundial del atletismo en los Juegos se originó en la jaula de martillo. La polaca Anita Wlodarczyk lanzó el artefacto a 82,29 metros, mejorando en más de un metro su propio récord, que era de 81,08.
Elaine Thompson ganó la final de 100 metros con 10.71, por delante de la estadounidense Tori Bowie (10.83) y completó con su triunfo en 200 (21.78) el mismo doblete olímpico de la velocidad que había logrado en Londres 2012 su compañera Shelly-Ann Fraser-Pryce, que aquí solo corrió el 100 (bronce) y el revelo 4x100 (plata).
El británico Mo Farah repitió el doblete olímpico del fondo, batiendo con igual soltura a los africanos, primero en 10.000 (27:05.17) y luego en 5.000 (13:03.30). La estadounidense Allyson Felix marcó un hito histórico al ser la primera atleta que gana seis oros olímpicos. En Río obtuvo dos, como miembro de los relevos 4x100 y 4x400, además de una plata individual en 400 metros.
La competición de atletismo concluyó con una gran demostración de Eliud Kipchoge en el maratón. El keniano, que no ganaba un título global desde que en los Mundiales de París 2003, con 18 años, batió al marroquí Hicham El Guerruj y al etíope Kekenisa Bekele en la final de 5.000, logró su primer laurel olímpico.
La Gala de la IAAF en Montecarlo proclamó a Bolt y a Ayana como mejores atletas mundiales del año. El jamaicano por sexta vez en su carrera, y la etíope Almaz Ayana se estrenó en el Sporting Club. Bolt terminó el año invicto en seis finales pese a no haber sido el número uno del ránking mundial en ninguna prueba. Justin Gatlin encabeza la lista del hectómetro con 9.80 (Bolt segundo con 9.81) y el también estadounidense LaShawn Merritt la del 200 con 19.74 (Bolt tercero con 19.78).
Concluida la temporada en las pistas, la segunda parte del informe McLaren ratificó, el 9 de diciembre, las conclusiones de la primera: la trama estatal de dopaje, sobornos y manipulación de muestras que implicaba a un millar de deportistas rusos de treinta disciplinas, incluido el atletismo. El rosario de positivos y descalificaciones seguirá desgranándose durante años.