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EN BUSCA DE NUEVOS HORIZONTES
Desde el año 1963 al 69, durante siete temporadas, Oscar Sosa jugaría por el Atlántida, "primero de 10, para luego pasar de 9", comenta. Y como centrodelantero sería contratado por el Everest de Guayaquil, Ecuador, donde por una temporada lograría el vicecampeonato, marcando goles y reprisando la actuación que le cupo en el fútbol paraguayo. De nuevo se produce el retorno para jugar por el Hayes, "donde tuve la fortuna de campeonar en ese año 71", enfatiza.
Pero el América de Cali lo lleva hacia la bella ciudad colombiana, "donde jugué una temporada, retornando al país, para jugar por Sol de América y decirle adiós al fútbol vestido de corto, en el Atlántida" en el 74, afirma sobre el final de su carrera futbolera. (Ese año Alemania se consagraba campeón mundial, siendo el organizador del torneo).
LA OTRA CARA DE UN EX FUTBOLISTA Y EXCELENTE DIRECTIVO
"Desde el año 1992 estoy al frente de la institución y me siento realizado por lo que pude hacer hasta ahora, gracias a la ayuda de otros directivos y asociados", puntualiza.
El fútbol vestido de corto quedó atrás y surgió este nuevo desafío. Primero como DT y luego como directivo, consiguiendo que el club creciera en muchos aspectos favorables, formando valores juveniles. "Queremos dar la oportunidad a figuras jóvenes y que un día puedan ser transferidos al extranjero o a clubes capitalinos", afirma. El Atlántida ha conseguido afirmarse en varios aspectos interesantes. Figuras de la talla de un Pablo Da Silva surgieron en el club hace unos años y ha dejado un patrimonio que sirvió para mejorar en muchos aspectos, esperando muy pronto tener "la lumínica del campo de juego", nos dice en la despedida el ex 10, que luego pasó a ser un ariete temible y goleador, por su fuerza y velocidad.
El pasado futbolero quedó atrás y hoy como presidente maneja los hilos de la institución que ha crecido ostensiblemente, aportando sus conocimientos y experiencias recogidos a través de los años.
ALGO MÁS PARA CONTAR
Oscar Hugo Sosa Daveggia nació en Asunción el 10 de junio de 1945 (barrio Obrero: Caballero y 5ta. Pytda.). Casado con Silvia Díaz. Sus hijos son: Delia Beatriz (estudiante de Sicología), Martín Antonio (contador y despachante de Aduana), Oscar Hugo (futbolista; estuvo jugando en el Manta Sport de Ecuador. Estudiante de Administración de Empresas), Silvia María Concepción (licenciada en Matemática y Lengua Guaraní), Julio César (estudiante de Medicina y arquero del club Atlántida). Nombre de los padres: Martín Teófilo (+) y Delia María de Jesús (+). Nietos: Siete.
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Otras actividades: "Desde el año 1974 al 82 me dediqué a llevar jugadores al Ecuador y Centro América", afirma.
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Títulos: "Vicecampeón con el Everest de Ecuador y campeón de Ascenso con Pdte. Hayes en 1972".
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Característica: Cuando empezó a jugar de 10 lo hizo con mucha creatividad, luego "el profesor Cándido Duarte me pasó de 9, ahí aproveché mi velocidad y fuerza física", puntualiza. Como los clásicos 9" de antes. Estatura: 1,77 m. Peso: 72 kilos.
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Otros: DT recibido en el año 1989. Llegó a dirigir los siguientes equipos: El Atlántida, la selección de Nueva Italia (campeón de la 4ta Región Dva.), Unión Ybyraró de Capiatá (campeón 1988). "También en el 97 y este año (2005) como DT y presidente", comenta.
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Actualidad: Despachante de Aduana. "Presidente del club Atlántida desde enero del año 1992", confirma.
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En la función de alto directivo ha conseguido grandes logros en obras edilicias, como las oficinas para la presidencia, secretaría y tesorería, "y un quincho con techo para albergar a 150 personas. También el campo de juego se niveló, contando con regadío automático y con pozo artesiano propio, y una cortadora de césped (tractorcito)", enfatiza.
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Y el dinero, ¿de dónde salió?: De la venta del pase de Pulo Da Silva (actualmente capitán del campeón de México, el Toluca) e integrante de la selección paraguaya clasificada para el Mundial de Alemania 2006", asevera.
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¿Tu mejor momento deportivo?: Cuando estuve en el Ecuador y en Colombia. Fueron años estupendos".
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¿Algún gol inolvidable?: "Cuando, jugando por Hayes, le ganamos 2-1 a Resistencia para conseguir el Ascenso ese año. Fue un pase de Virgilio Benítez, que yo solamente tuve que darle una cachetada y mandarla adentro".
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Se ve que varios de sus hijos juegan al fútbol: "En realidad, Oscar (medio) y Julio (arquero) lo están haciendo y muy bien, sin dejar sus estudios. Oscar se está operando en estos días de los meniscos y en una semana volverá a las prácticas", asevera.
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Por las venas de Oscar Sosa corren sangre futbolera, no porque nació en un barrio Obrero que en sus alrededores los campos deportivos y clubes están cerca uno de otro. En un barrio donde el "Saltarín Rojo" Arsenio Erico, de la Academia de Nacional, u otro portentoso como Eulogio Kokito" Martínez (+) empezaron a desparramar sus grandes dotes de futbolista entre otros fenómenos de distintos clubes como Cerro Porteño, Sol de América, que servián de cuna a los jóvenes que soñaban ser algo en el fútbol. Era y es la magia del fútbol, que no es eterna, porque nuestro físico responde hasta cierta época y hay que aprovecharlo al máximo, y saber que esa magia se acaba un día y ya solo nos deja gratos recuerdos, para algunos con mucha gloria y para otros, con ninguna.