Basílico Galeano G.
El decano del deporte paraguayo merece la dedicatoria de todo un libro que reflejen en sus páginas su pasado de gloria, su presente y aun los triunfos que habrá de obtener en el devenir.
Fundado en los albores del comienzo del siglo XX, al parecer el club abrigaría en su seno la aristocracia de la clase asunceña. Nacido en un barrio exclusivo de la capital paraguaya (aunque su primer estadio estuvo ubicado en el Parque Caballero).
Fue el club que abrigó a lo más granado de la élite asunceña de aquel entonces. En 1912 nacería un club que desde aquel entonces sería su adversario deportivo más encumbrado, y que hasta hoy, cuando puede, le hace sombra y ante el que varias veces el Olimpia debió arriar su bandera. Nos referimos al Cerro Porteño.
Pero esta nota está escrita para ensalzar al Olimpia en su centenario. Por eso no es el caso puntualizar sus tropiezos. Sí recordar a algunos de sus dirigentes, jugadores y técnicos que cimentaron la grandeza alcanzada por la institución decana. Los pioneros del periodismo deportivo que tal vez hubieran podido dedicar una obra de envergadura al Olimpia de 100 años como Sindulfo Martínez, Julio César Maldonado y otros que ya no están. Tal vez Horacio Escobar, un periodista de la ‘‘guardia vieja’’, pueda suplir esas ausencias.
En la evocación de esta breve semblanza de la trayectoria de Olimpia, intentaremos, sin recurrir a bibliografía, ni a un orden cronológico, y solo basado en los recuerdos de medio siglo, mencionar a algunas de las figuras que, en su momento, dieron lustre y brillo al equipo franjeado de fútbol. Por ejemplo, cómo olvidar a Dionisio Maciel, arquero suplente del gran Sinforiano García en el Campeonato Sudamericano de Fútbol disputado en el Brasil, en que Paraguay alcanzó el título de subcampeón. Cómo no recordar a Sixto Castor Cantero, un ‘‘halve’’, como se llamaba entonces a los que jugaban en el medio sector. El Olimpia de la década del ’50 tenía dos zagueros de excepción: Alberto González (Gonzalito) y Martín Goretta. Ya sin orden ni tiempo, la evocación se remonta a Heriberto Samudio, Victoriano Leguizamón, Eulalio Granje, Marcial Barrios, Celso González, Narciso Benegas, César López Fretes, Angel y Enrique Berni, Félix y Felipe Arámbulo, Zárate, el larguirucho Cabral, Benicio Ferreira, Juan y Claudio Lezcano, Ignacio Achucarro, Juan Bautista Agüero. Edelmiro Arévalos, Torneadou, Eligio Echagüe, Armando Ramos, Sergio Coscia (un basquetbolista metido a arquero).
No mencionamos a sus figuras recientes, aquellos ex jugadores que hasta poco tiempo atrás defendieron los colores franjeados, y que iniciaron con un partido los festejos del centenario. Entre los presidentes recordamos a don Lidio Quevedo, don Vicente Scavone, su hijo doctor Pascual Scavone, Battilana, don Elías Saba, don Manuel Ferreira, Humberto Domínguez y su actual presidente el señor Osvaldo Domínguez Dibb, cuyo relevo nadie puede predecir.
A la fecha Olimpia es una vez más semifinalista de la Copa Libertadores. Tal vez la disputa después de la Copa del Mundo haya opacado algo la trascendencia de este torneo. No obstante se confía que Olimpia, en el año de su centenario, cumplirá un papel acorde con su vocación de grandes conquistas.
El decano del deporte paraguayo merece la dedicatoria de todo un libro que reflejen en sus páginas su pasado de gloria, su presente y aun los triunfos que habrá de obtener en el devenir.
Fundado en los albores del comienzo del siglo XX, al parecer el club abrigaría en su seno la aristocracia de la clase asunceña. Nacido en un barrio exclusivo de la capital paraguaya (aunque su primer estadio estuvo ubicado en el Parque Caballero).
Fue el club que abrigó a lo más granado de la élite asunceña de aquel entonces. En 1912 nacería un club que desde aquel entonces sería su adversario deportivo más encumbrado, y que hasta hoy, cuando puede, le hace sombra y ante el que varias veces el Olimpia debió arriar su bandera. Nos referimos al Cerro Porteño.
Pero esta nota está escrita para ensalzar al Olimpia en su centenario. Por eso no es el caso puntualizar sus tropiezos. Sí recordar a algunos de sus dirigentes, jugadores y técnicos que cimentaron la grandeza alcanzada por la institución decana. Los pioneros del periodismo deportivo que tal vez hubieran podido dedicar una obra de envergadura al Olimpia de 100 años como Sindulfo Martínez, Julio César Maldonado y otros que ya no están. Tal vez Horacio Escobar, un periodista de la ‘‘guardia vieja’’, pueda suplir esas ausencias.
En la evocación de esta breve semblanza de la trayectoria de Olimpia, intentaremos, sin recurrir a bibliografía, ni a un orden cronológico, y solo basado en los recuerdos de medio siglo, mencionar a algunas de las figuras que, en su momento, dieron lustre y brillo al equipo franjeado de fútbol. Por ejemplo, cómo olvidar a Dionisio Maciel, arquero suplente del gran Sinforiano García en el Campeonato Sudamericano de Fútbol disputado en el Brasil, en que Paraguay alcanzó el título de subcampeón. Cómo no recordar a Sixto Castor Cantero, un ‘‘halve’’, como se llamaba entonces a los que jugaban en el medio sector. El Olimpia de la década del ’50 tenía dos zagueros de excepción: Alberto González (Gonzalito) y Martín Goretta. Ya sin orden ni tiempo, la evocación se remonta a Heriberto Samudio, Victoriano Leguizamón, Eulalio Granje, Marcial Barrios, Celso González, Narciso Benegas, César López Fretes, Angel y Enrique Berni, Félix y Felipe Arámbulo, Zárate, el larguirucho Cabral, Benicio Ferreira, Juan y Claudio Lezcano, Ignacio Achucarro, Juan Bautista Agüero. Edelmiro Arévalos, Torneadou, Eligio Echagüe, Armando Ramos, Sergio Coscia (un basquetbolista metido a arquero).
No mencionamos a sus figuras recientes, aquellos ex jugadores que hasta poco tiempo atrás defendieron los colores franjeados, y que iniciaron con un partido los festejos del centenario. Entre los presidentes recordamos a don Lidio Quevedo, don Vicente Scavone, su hijo doctor Pascual Scavone, Battilana, don Elías Saba, don Manuel Ferreira, Humberto Domínguez y su actual presidente el señor Osvaldo Domínguez Dibb, cuyo relevo nadie puede predecir.
A la fecha Olimpia es una vez más semifinalista de la Copa Libertadores. Tal vez la disputa después de la Copa del Mundo haya opacado algo la trascendencia de este torneo. No obstante se confía que Olimpia, en el año de su centenario, cumplirá un papel acorde con su vocación de grandes conquistas.