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Verstappen, de 26 años, sexto en parrilla, ganó por tercera vez (seguida) en la bacheada y calurosa pista de Austin. Cruzó la meta por delante de los británicos Lewis Hamilton de Mercedes y Lando Norris de McLaren, segundo y tercero, respectivamente, quienes sin embargo, fueron descalificados posteriormente al final de la jornada, ya que sus coches no pasaron las verificaciones técnicas por no cumplir con el grosor adecuado de las placas de madera del fondo del coche, debido al desgaste con el suelo o los pianos.
Con la mencionada resolución, el piloto español Carlos Sainz de Ferrari, quedó finalmente tercero y el mexicano Sergio “Checo” Pérez, cuarto.
El otro español, Fernando Alonso de Aston Martin, tuvo que abandonar, por un problema en el fondo plano de su monoplaza.
Esta vez dándole más emoción y gestionando en los últimos giros unos frenos ligeramente deteriorados, Max demostró por enésima vez que es el indiscutible rey de la división de honor del automovilismo.
El viernes, después de marcar el mejor tiempo en el único entrenamiento del quinto de los seis fines de semana con formato sprint del año, fue de menos a más en la clasificación, en la que hubiese firmado la “pole”, pero, por rebasar los límites de pista, se le anuló el tiempo de esa vuelta y acabó sexto la calificación, posición desde la que ayer ganó en una pista en la que nadie lo había hecho antes saliendo por detrás de la primera fila.
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Sumó su victoria 50 al firmar la decimoquinta del año, igualando su propio récord histórico, que nadie duda que mejorará en las cuatro carreras que quedan.
Se situó a una sola de la cuarta marca de triunfos de todos los tiempos, la del francés Alain Prost; y en lo que falta para el cierre –el próximo 26 de noviembre, en Abu Dabi– podría igualar, o aun superar, la tercera; en poder del otro cuádruple campeón mundial, el alemán Sebastian Vettel.