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En cuanto a coches, el catarí Nasser Al-Attiyah (Toyota) está a 417 kilómetros (136 cronometrados) de su quinto Touareg y el francés Sébastien Loeb (Prodrive) ya disfruta de una colección de récords.
Benavides, que había parado a auxiliar al austríaco Matthias Walkner (KTM), recibió un descuento de 23 minutos en el tiempo de la etapa, conquistó la especial y se presentará en la última jornada a 12 segundos del líder, el australiano Toby Price (KTM), que retuvo el primer puesto gracias a la bonificación por abrir etapa.
Las últimas cuentas pendientes se saldarán hoy entre Al-Hofuf y Dammam.
Los pilotos saldrán en orden inverso al de la clasificación general, según indicó la organización, y ya hay quien ha tirado la toalla, o eso dice, como el estadounidense Skyler Howes (Husqvarna), pese a que es tercero, a 1:31 de Price.
Y si hablamos de superar marcas, con seis triunfos de etapa consecutivos, Loeb batió el récord del finlandés Ari Vatanen, que se había quedado en cinco seguidos en la edición de 1989.
El nueve veces campeón del mundo de rallies ya lleva siete triunfos (ganó también la cuarta etapa) en este Dakar, algo que nadie había conseguido desde que lo hiciera el español Carlos Sainz en 2011, todavía con Sudamérica como sede del raid.
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Como el madrileño en aquella edición, Loeb tampoco ganará el rally salvo debacle de Al-Attiyah. A falta de la última especial, el jeque aventaja en 1h21:42 al alsaciano, que, eso sí, ha consolidado la segunda posición de la general del raid al alejarse del brasileño Lucas Moraes (Toyota), ahora a 14:07.
Además, el catarí Nasser Al-Attiyah, quien acabó segundo en la etapa de ayer, prácticamente sin apremios dijo al culminar la carrera que estaba muy contento y que todo el quipo funcionó como estaban esperando. “...Yo había dicho que iríamos a volver a ganar y creo que lo podemos lograr...”, dijo.