Miguel Angel Sosa enluta a los azulgranas

A los 59 años de edad falleció ayer en Ciudad del Este Miguel Angel Sosa, recordado ex jugador de Cerro Porteño, a raíz de un infarto. El sepelio será esta mañana a las 10:00.

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Sosa apareció en la primera de Cerro como adelantado de la gran legión que entusiasmó a la afición deportiva, en los años sesenta. Ya en 1966, después que Adalberto Escobar encabezara la lista de los promocionados, Sosa pasó a constituirse en un ídolo azulgrana, gracias a la endiablada habilidad que tenía para eludir a adversarios y llegar al gol, desde la punta derecha.

Formó parte de ese equipo donde los Villanueva, Santamaría, Enciso, Gavilán, Mendoza, Osorio, Jara Saguier, Arrúa (su compadre), Bareiro, Irala, Melgarejo, Peíto Rodríguez, Corte, y otros, para convertirse siempre en admirados por los cerristas.

A Sosa se lo recuerda por muchas cosas, pero más que nada, porque en un clásico, por la Copa Libertadores de América, en cancha de Olimpia (31 de enero de 1969), coronó una extraordinaria actuación con un gesto que lo marcó para siempre: después de eludir a unos cuantos rivales, se sentó sobre la pelota, ante la mirada atónita de la platea olimpista y el delirio de sus archirrivales. El Ciclón ganó esa noche 4-1. Miguel Angel Sosa pasó por las canchas paraguayas dejando una fulgurante estela y brilló también en el fútbol, más allá de nuestras fronteras, ratificando las bondades de los peloteros de estas tierras.

Hoy, cuando ya no está entre nosotros, vayan estas líneas evocativas como homenaje a un talentoso del fútbol, que supo hacer feliz a mucha gente.
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