Webb, de 51 años, originario de las Islas Caimán, había sido suspendido provisionalmente en mayo de 2015 por la Comisión de Ética, que había abierto una investigación en su contra. Acusado de “conflicto de intereses” y “corrupción”, fue suspendido de por vida por la cámara de Juicio de la Comisión de Ética de la FIFA.
Extraditado a Estados Unidos luego de su detención en mayo de 2015 en Suiza, el exmandatario de la Concacaf fue declarado culpable por la justicia estadounidense por malversación, fraude, chantaje y blanqueo de dinero. Jeffrey Webb fue el primero de los antiguos dirigentes de la FIFA en ser juzgado en un proceso en Nueva York.
En total, 40 dirigentes de federaciones de fútbol y empresarios están en el punto de mira de la justicia estadounidense, acusados de haber recibido sobornos en el mayor escándalo de corrupción de la historia del fútbol. Más de un tercio de los involucrados se declararon culpables y aceptaron cooperar con la justicia de Estados Unidos a cambio de una posible reducción de su condena.