El cerebro de Holanda, Wesley Sneijder, salvó a su selección de una derrota que veía inminente ante México en los octavos de final con un gol a tres minutos del tiempo reglamentario que empató el choque, que finalmente acabó 2-1 para los europeos.
Con México ganando 1-0 y todo el equipo holandés buscando el empate a la desesperada apareció la figura del experimentado Sneijder.
En el minuto 87 Holanda lanzó un córner que acabó en la cabeza de Memphis Depay, quien cedió atrás para Sneijder, que se sacó un trallazo de primeras a la red que dejó a Ochoa hecho una estatua.
Eclipsado hasta ahora por Robben y Van Persie, el “diez” tulipán fue la figura en el día en que también se convirtió en el jugador holandés con más partidos en la historia de los Mundiales, con 15.
Hasta su inesperada aparición, el actual jugador del Galatasary turco andaba padeciendo el nuevo papel que le ha asignado Louis Van Gaal en la “Naranja Mecánica”.
En lugar de reservarse para decidir los partidos con su llegada o su luminoso último pase, como hizo en Sudáfrica-2010, Sneijder está siendo en Brasil todo un maratoniano y él mismo reconoce que nunca ha corrido así en su carrera.
Su esfuerzo es vital para un centro del campo apenas poblado y un equipo que vive del contraataque, para indignación de Johan Cruyff y los puristas del fútbol ofensivo holandés.
Contra México no se sintió a gusto en todo el partido. Los mediocampistas del Tri lo asediaron para que no fuera el lanzador de los veloces Robben y Van Persie.
Pero el talento del exjugador del Inter y Real Madrid, de 30 años, apareció en el último suspiro para empatar el partido y tranquilizar a su equipo, que incluso pudo sentenciar el partido antes de la prórroga con un gol de penal de Huntelaar.
En su camino a su segunda final consecutiva, Sneijder puso al equipo naranja en los cuartos de final donde le esperan Costa Rica o Grecia, que juegan este domingo el segundo partido de octavos de final del día.