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Al Clásico de este domingo le faltará quizás el agregado especial que tuvo el que se disputó el 8 de julio de 2012, cuando los tradicionales rivales llegaban a la última fecha del Torneo Apertura con posibilidades de campeonar.
En aquella ocasión, el Ciclón terminó quedándose no solo con el gusto de ganarle a su rival de siempre sino también de haberle quitado el título de las manos.
Casi un año y medio después, las situaciones son totalmente diferentes.
Olimpia, que oficia de local este domingo, atraviesa por un estado de crisis continúa que empezó tras caer en la final de la Copa Libertadores y que hasta el momento no ha conocido de paz. Lo último se dio cuando la directiva no quiso permitir que Wilson Pittoni viajara con sus compañeros a Tobatí para la concentración.
El Decano marcha último y sufrió cuatro derrotas seguidas en los últimos encuentros. El triunfo ante su tradicional rival -según dijo el propio técnico franjeado- sería un intento de cerrar bien un segundo semestre en el que hasta pensar en la Copa Sudamericana parece lejano.
Cerro Porteño, en cambio, se mueve en medio de la tranquilidad. Una tranquilidad que se vio ligeramente perturbada el viernes cuando Dani Güiza se quejó de la falta de minutos en el equipo comandado por Francisco “Chiqui” Arce.
Los de Barrio Obrero marchan como solitarios punteros del Clausura, sacando nueve puntos de diferencia con sus principales perseguidores. Una victoria le valdría comenzar a inscribir su nombre en el trofeo de campeón.
El de este domingo será la edición número 280 de un superclásico en torneos locales. El Ciclón lleva 100 victorias, el Decano 94 y se registraron 85 empates entre ambos equipos. En lo que va del año, se registra una paridad entre los dos equipos. Olimpia consiguió una victoria, Cerro otra y hubo una paridad.
Pese a la diametralmente opuesta situación de ambos equipos
Antonio Arias dará el pitazo inicial a las 17:30 en el Defensores del Chaco.