Todo estaba preparado para una goleada de los hombres que dirige Giovanni Trapattoni, que necesitaban una inyección de moral después del varapalo sufrido en casa el pasado marzo ante un rival directo por la segunda plaza como Austria, que empató en el último suspiro (2-2).
Brillaba el sol en Dublín, la afición respondió a la llamada y reaparecía Keane tras perderse el choque contra los centroeuropeos por lesión, lo que le convertía hoy en el jugador irlandés con más partidos con la selección al alcanzar su 126 entorchado.
Era la noche del máximo artillero histórico de Irlanda, que con su triplete aumentó además su cuenta anotadora hasta las 59 dianas.
Y Keane, de 32 años, respondió con creces a su condición ya de mito en este país.
También fue la noche de la reivindicación del centrocampista del Norwich inglés Wes Hoolahan, un medio de toque con vocación ofensiva al que el técnico italiano ha retrasado unos metros para aprovechar su calidad e imaginación en la medular.
Reclamado desde hace tiempo por los aficionados y la prensa, a Hoolahan le llega la oportunidad con el combinado del trébol pasada la treintena de edad, pero hoy estuvo en todas las salsas, dando una asistencia y participando activamente en los otros dos goles.
El resto de compañeros no dieron la talla y quizá eso explique que las Islas Feroe aguantaron casi una hora con un solo tanto en contra.
Abrió el marcador a los cinco minutos de juego Keane tras recibir en el área un pase del extremo Aiden McGeady, muy activo e incisivo durante todo el encuentro, pero a quien le faltó pausa después para mantener la puntería en el último pase.
Pocas más oportunidades tuvo en la primera parte Irlanda, que ralentizó su juego ante el repliegue de los hombres que dirige el danés Lars Olsen.
Solo Keane y Hoolahan, ya al filo de la hora de juego agitaron el choque para que el delantero de los LA Galaxy pudiera concluir una noche histórica.