Travesía en un balón

CIUDAD DE PANAMA. A bordo de un viejo Citröen pintado como un balón blanco y negro, dos jóvenes franceses recorren América rumbo a Brasil para asistir al Mundial. Para ellos el fútbol es un lenguaje y un pasaporte universales.

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Pierre Pitoiset y Eric Carpentier son dos amantes del fútbol que salieron el pasado 25 de febrero de Montreal (Canadá) en un castigado Citröen año 1988, y pretenden llegar a Brasil el 12 de junio, para la inauguración de la Copa del Mundo.

“Queremos demostrar que el fútbol es algo positivo e instructivo, con el que podemos ayudar a los chicos. El fútbol es un lenguaje y el mejor pasaporte para la unión de los países”, dijo a la AFP Pitoiset, de 27 años.

Durante su recorrido, los dos franceses contactan con organizaciones de los países que visitan y que trabajan con personas en riesgo social, especialmente niños y jóvenes.

Juegan un partido de fútbol con ellos y les dan una charla en la que defienden este deporte como forma de promover valores de paz y solidaridad.

“En Francia el fútbol no tiene la mejor imagen y la idea es decir que gracias al fútbol podemos hacer cosas muy buenas”, señaló Carpentier, de 28 años, mientras se coloca una pequeña venda en el pie que se golpeó jugando.

Tras andar por Canadá, Estados Unidos, México y Centroamérica, tienen previsto viajar por Colombia, Ecuador y Perú, aunque no descartan visitar Bolivia, Chile, Argentina y Uruguay, aunque el tiempo dirá.

“Este viejo coche francés es una pelota de fútbol y en esta pelota tenemos pelotas y jugamos al fútbol con toda la gente que encontramos en el camino”, aseguró Pitoiset, productor de cine nacido en Fontainebleau, al sur de París, e hincha del Lyon.

“Al final del día si vemos gente jugando jugamos con ellos y vamos a dormir a la casa de algún jugador o nos quedamos en el campo en una tienda de campaña. Cada día es una anécdota”, explicó Carpentier, licenciado en derecho internacional y fanático del Lille, el equipo de su ciudad.

Entre sus anécdotas está el día en que el volante y la dirección del auto se rompieron en México, lo que les retrasó el viaje por 10 días.

También recuerdan el clásico salvadoreño entre Luis Ángel Firpo y Alianza, al que acudieron para mezclarse con las barras de los equipos con las que bailaron y cantaron, y la vez que terminaron durmiendo en Guatemala en un campo de la Policía tras jugar al fútbol con sus agentes.

“Toda la gente en Estados Unidos y Europa nos decían que el viaje era muy peligroso, pero lo único que hemos encontrado es gente muy amable. El miedo es un fantasma”, manifestó Pitoiset.

“La policía a menudo nos para, pero para ver el coche y tomar fotos”, según Carpentier, al que en una ocasión los agentes le perdonaron una multa por no llevar el cinturón de seguridad, al saber que iban al Mundial.

En la parte trasera del vehículo ondea una desgastada bandera de un juez de línea y en la delantera está dibujado un mapa de la ruta.

También se pueden leer mensajes de ánimo escritos en distintos lugares por donde han pasado.

“Si el mundo tiene forma de pelota al arco iris le puedo hacer un gol” es uno de ellos.

También hay dos insignias del Real Madrid y una del FC Barcelona, debido a que Carpentier le ganó una apuesta a Pitoiset en la pasada final de la Copa del Rey.

Estos defensores del fútbol pasarán todo el Mundial en Brasil para vivir la fiesta y estarán en Río de Janeiro para la final, pero no tienen ninguna entrada para ver los partidos.

“Yo quiero que Brasil gane el Mundial, por la fiesta que se va a formar”, aseguró Carpentier, aunque su compañero de viaje cree que el vencedor será Argentina.

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