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Vergonzosa imagen en el sur del país. A poco del comienzo de Guaraní de Trinidad-Sportivo Luqueño, barras del Auriazul generaron disturbios en los alrededores del Don Carlos Memmel de la ciudad de Encarnación. Hinchas del Chanchón pelearon entre sí en una batalla campal muy cerca de uno de los accesos al estadio. Hubo corridas y piedrazos hasta que apareció la Policía.
No es la primera vez que los seguidores, autodenominados barras bravas, incidentan en un partido de la División Intermedia del fútbol paraguayo. El 19 de mayo, en el interior del San Francisco de Asís, los luqueños habían iniciado una pelea en la gradería que continúo por las calles de Atyrá. Desde entonces, los Chancholigans y la Barra de Luque fueron suspendidas por 8 meses.