Tras cerrar los entrenamientos en Santiago, la generación dorada del fútbol chileno se trasladó a São Paulo, adonde buscará un triunfo o un empate que le asegure la clasificación directa o al menos el repechaje ante Nueva Zelanda –representante de Oceanía– ante el todopoderoso Brasil, ya clasificado.
El plantel del técnico argentino Juan Antonio Pizzi lamentará la baja de Arturo Vidal por doble tarjeta amarilla, con lo que quedará totalmente desmantelado el mediocampo chileno, ya que tampoco estará Marcelo Díaz –que no fue convocado– y probablemente Charles Aránguiz, quien si bien está junto al plantel, sufre una lesión que lo dejaría fuera.
Ante esto, Pizzi volvería a confiar en Francisco Silva y Pedro Pablo Hernández como volantes de contención, quienes jugaron en el triunfo 2-1 ante Ecuador el jueves, y sumaría a Felipe Gutiérrez en reemplazo de Vidal. Más adelantado jugaría Jorge Valdivia junto a Eduardo Vargas y Alexis Sánchez.
Si el bicampeón de América logra el objetivo de lograr pasajes a Rusia, la llamada "generación dorada" logrará un nuevo hito en la historia del fútbol chileno: llevar a la Roja a un tercer Mundial de forma consecutiva. “No hay más cartas que jugar. Queremos un Chile que va a hacer historia, un Chile ganador”, aseveró Bravo.
Chile, tercero de la clasificatoria con 26 puntos, formaría ante Brasil con Claudio Bravo; Mauricio Isla, Gary Medel, Gonzalo Jara, Jean Beausejour; Francisco Silva, Pedro Pablo Hernández, Felipe Gutiérrez, Jorge Valdivia; Eduardo Vargas y Alexis Sánchez.