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La selección paraguaya fue sometida por Argentina este jueves, aunque solamente cayó 1-0 en el estadio Monumental, por la segunda tercera de las Eliminatorias Sudamericanas al Mundial de 2026.
Una volea de Nicolás Otamendi, que apareció sin marca en el segundo palo en un córner, quebró el partido en apenas dos minutos y destruyó cualquier plan inicial del equipo de Daniel Garnero, que más tarde fue totalmente superado.
La Albirroja la sacó barata en el primer tiempo, siendo una víctima impotente de la campeona del mundo, que sacó a bailar a su rival a ritmo del tango. La clase de Mac Allister, las apariciones de Álvarez y su conexión con Lautaro, más el desgaste de De Paul, fueron las armas que destrozaron a la defensa paraguaya.
Iván Ramírez, Gustavo Gómez, Junior Alonso, Álvaro Campuzano y otros, parecían no estar en sintonía, pues otorgaban muchas facilidades a un rival que terminó desperdiciando un sin fin de ocasiones, como un tiro al caño de De Paul y dos llegadas clarísimas de Nicolás González.
En sus pocas intervenciones, el arquero Carlos Coronel tampoco se mostró muy seguro. En la zona ofensiva, Adam Bareiro y Ramón Sosa maquillaron un poco la imagen del equipo por su sacrificio individual, teniendo en cuenta que Miguel Almirón no apareció.
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Con el ingreso de Lionel Messi y la salida de Julián Álvarez en el segundo tiempo, el combinado de Lionel Scaloni perdió intensidad, pero ganó creación, por lo que la selección eligió retroceder aún más y priorizar el orden, a pesar de la desventaja.
La Albirroja tuvo su jugada más clara en los pies de Ramón Sosa a los 51′, pero el Dibu Martínez, en su única intervención, se vistió de héroe y desvió el remate al córner.
Garnero buscó un equipo más ofensivo con los ingresos de Antonio Sanabria y Braian Ojeda. Más tarde ingresó Hector Villalba por la lesión de Junior Alonso, que tampoco aportó demasiado.
Ninguna variante pudo cambiar el trámite, porque el déficit del equipo era una cuestión de actitud, de animarse a jugar, de parar el balón y mirar el frente de ataque. Fue la presentación más discreta ante Argentina en los últimos tiempos, pues el temor de perder fue más grande que el deseo de ganar.
Ya en los minutos finales, la albiceleste optó por acelerar y volvió a gestar jugadas de peligro gracias a la inventiva de Messi, que estrelló un tiro libre al palo ante la impotente mirada de Coronel.
El 1-0 terminó siendo un resultado cortó que no alcanzó a reflejar la deslucida imagen de la selección paraguaya, una que desafortunadamente se volvió costumbre y que ahora nos deja en el penúltimo lugar de las Eliminatorias, solamente por encima del próximo rival, Bolivia.