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La derrota ya es costumbre y una vez más, la selección paraguaya tiene condicionada la clasificación a la Copa del Mundo. Paraguay perdió 1-0 con Chile y quedó a cuatro puntos de Qatar 2022. Aunque existan chances matemáticas, el rendimiento y la rebeldía de los jugadores no generan ninguna esperanza de una heroica en el resto de las Eliminatorias Sudamericanas. Por eso, la Albirroja está más cerca de la tercera eliminación consecutiva.
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El momento es crítico, que no mejorará solo con el cambio de entrenador. Es evidente que el problema está concentrado en una generación que desconoce convivir con el protagonismo, que tiene miedo a ganar y que lentamente cae al estado de la mediocridad, lejos de camadas pasadas, que de manera seguida llevaron al seleccionado a los mundiales. Esto generó el jueves una explosión en el Defensores del Chaco: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.
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El estadio reclamó, gritó y reprobó al plantel y a los dirigentes de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), principalmente a Robert Harrison, quien orilla un nuevo fracaso después de quedar fuera de Rusia 2018 jugando de local y perdiendo 1-0 contra Venezuela en la última fecha del clasificatorio pasado. “Estamos comiendo mierda y el único camino es aceptar las críticas”, expresó Matías Rojas, auto crítico y realista, distinto a varios referentes.