En un partido entre dos equipos que llegaban en posición incómoda, luego de haber superado con margen mínimo los cruces de octavos de final y de empezar sin triunfos el torneo local, fue San Lorenzo el que salió airoso, con un triunfo que le dio respiro al cuestionado entrenador Aguirre. Dentro de un comienzo con algunas imprecisiones, la primera oportunidad clara fue para San Lorenzo, con un potente bombazo de media distancia de Mussis que obligó a la estirada de Esteban Andrada para desviar al tiro de esquina.
Poco después de la media hora llegó el primer tanto local, en una buena acción por el centro, en el que Mercier encontró el hueco para meter un estiletazo y asistir a Blandi, que se hizo tiempo para hacer pasar de largo el cierre de Braghieri y fusilar a Andrada con un remate sin miramientos.
El gol coincidió con el mejor momento azulgrana en la primera parte, e incluso el equipo de Aguirre pudo haber aumentado en otra buena jugada de Cerutti, que encontró espacio para desbordar por la derecha y entrar en el área, pero su remate desde ángulo cerrado se fue desviado. Falto de confianza y de ideas, Lanús no encontraba resquicios ni margen para tratar de dar vuelta un partido claramente desfavorable en el desarrollo.
No varió de manera sustancial el juego en la segunda parte, y el Ciclón encontró la llave para sellar el cotejo de manera temprana, con un ingenuo penal que Gómez le cometió a Blandi y que el propio delantero convirtió con un remate potente por el centro.
Para el Granate fue otra caída que acentuó su mal momento, pues ya acumula cuatro derrotas en fila, en una serie negativa que incluyó la eliminación en la Copa Argentina y dos tropiezos en el arranque de la Superliga de primera división; claramente muy lejos del que fue el segundo mejor equipo en la ronda de grupos de la Copa.
De su lado, San Lorenzo se llevó un triunfo tranquilizador, con un buen margen para el desquite dentro de una semana, con la ilusión de meterse dentro de los cuatro mejores de la Libertadores, después de haber estado al borde de la eliminación durante la fase de grupos.
El desquite se jugará el 21 de septiembre en La Fortaleza (20:45), y el local necesitará ganar por 2-0 para forzar los penales, o por tres tantos para revertir la serie, mientras que el equipo del papa Francisco se clasificará incluso con una caída por un gol, o por dos si logra anotar en el sur bonaerense. El ganador de esta serie se medirá en las semifinales con el vencedor de la llave que disputarán el argentino River Plate y el boliviano Jorge Wilstermann.