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“Creo que la afición hizo bien. Que ocurra una vergüenza de estas, la afición tiene totalmente la razón al hacer lo que hizo hoy”, declaró el extremo del Santos al término del empate a 0-0 jugado en el estadio Pacaembú, en la ciudad de São Paulo.
El encuentro fue suspendido y concluido a falta de 12 minutos para el pitido final debido a los incidentes violentos que protagonizaron algunos aficionados del club paulista. El árbitro chileno Julio Bascuñán decretó el fin del tiempo reglamentario por falta de garantías tras el lanzamiento de petardos y bengalas por parte de ultras del Santos, quienes también arrancaron asientos de las gradas e intentaron invadir el césped.
La eliminatoria entre los dos equipos se decidió en los despachos tras la decisión de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) de conceder al Independiente la victoria por 3-0 en la ida en lugar del 0-0 que resultó en la cancha. El castigo al Santos estuvo motivado por la alineación indebida en tierras argentinas del centrocampista uruguayo Carlos Sánchez, que arrastraba una sanción de cuando militaba en el River Plate.
“El juego terminó cuando salió el resultado del juicio, esa vergüenza. La voluntad era hablar un montón de mierda aquí, pero querer no es poder, entonces tengo que quedarme quieto”, apuntó Rodrygo, atado por el Real Madrid, pero que permanecerá en el Santos hasta el año que viene, cuando cumpla 18 años.
Pocos segundos después de la interrupción del encuentro, un aficionado grabó con su móvil la reacción en caliente de Rodrygo sobre el césped del Pacaembú. “Esa Conmebol, unos hijos de puta (sic)”, gritó la joven promesa brasileña, mientras se escucha a alguien pedirle que abandone el terreno de juego en el vídeo que ha viralizado en las redes sociales.
El extremo afirmó posteriormente en zona mixta que se va con “tristeza” del torneo porque “prácticamente en su última Libertadores” y “no sabe cuándo” tendrá otra oportunidad de jugar nuevamente la competición con el Santos.
“Cuando uno entra en el campo perdiendo por 3-0 todo queda más difícil, claro que ellos entraron más tranquilos. Nosotros entramos en aquella presión, sabía que iba a ser difícil darle la vuelta al resultado”, expresó. “Era un peso muy grande. Tuvimos voluntad, pero no fue suficiente”, completó.