River Plate y Boca Juniors, los equipos más populares del fútbol argentino, se aprestan a enfrentarse el próximo fin de semana, en un superclásico muy esperado por la duodécima fecha del Torneo Inicial, pero al que ambos llegan con muchos problemas a cuestas.
El duelo entre los ’millonarios’ de River y auriazules de Boca se produce en un momento del campeonato en el que los dos arrastran inconvenientes, y también la necesidad de ganar, lo que fue exigido por las hinchadas de cada uno, en los partidos de la fecha pasada, con el grito de que “cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”, en clara referencia al superclásico.
Para River, la exigencia, tras protagonizar un resonante descenso y jugar un año en segunda división, es consolidarse nuevamente en la máxima categoría, dentro de un torneo en el que se ubica noveno, con una irregularidad reflejada en los números, con cuatro triunfos y la misma cantidad de derrotas.
Por el momento, el equipo dirigido por Matías Almeyda se muestra irregular (15 puntos), capaz de alternar goleadas como las que protagonizó ante Arsenal (4-0) y Godoy Cruz (5-0), con derrotas como la que sufrió el pasado fin de semana ante el modesto Quilmes (1-0).
“Ya tenemos que planificar el partido contra Boca. Siempre es lindo enfrentarlos, en cualquier momento. Es nuestro rival histórico y yo ya siento algo especial, y también es un buen desafío para revertir esta situación”, dijo Almeyda.
De su lado, Boca atraviesa un momento de declive, con cuatro partidos sin triunfos, y con 18 puntos, está a cinco unidades del líder Newell’s Old Boys, cuando hasta hace algunas fechas parecía ser uno de los candidatos al título.
Sin embargo, el rendimiento colectivo del equipo empeoró con desempeños cada vez más discretos, y en la jornada pasada, a pesar de algunos cambios dispuestos por el entrenador Julio César Falcioni, Boca debió conformarse con un empate 0-0 como local contra Estudiantes.
La magra cosecha aumentó el malestar de los hinchas con Falcioni, al que muchos indican como responsable del alejamiento del estelar volante Juan Román Riquelme en junio pasado, mientras que varios rumores señalan un distanciamiento marcado entre el director técnico y parte del plantel ’xeneize’.
Sorpresivamente, Falcioni decidió no hablar ante la prensa luego del partido con Estudiantes, y su futuro no está del todo claro, sobre todo si se tiene en cuenta que su contrato se termina a fin de año, y no hay una postura firme de parte de los dirigentes para renovarlo.
Por lo pronto, los hinchas perdieron la paciencia, y un centenar, una hora después del partido, rodeó el autobus que transportaba al plantel de Boca, y cantó que “a ver los jugadores si pueden oír: con la camiseta de Boca, ganar o morir”.
El del domingo próximo será el primer superclásico oficial luego de un año y medio, ya que el último duelo previo fue en mayo de 2011, cuando Boca venció a River 2-0 en la Bombonera, semanas antes de producirse la caída del equipo de la banda roja a la Primera B Nacional.