“Hemos decidido suspender el campeonato”, anunció el secretario de Estado de los Deportes Giorgos Vasiliadis, tras una reunión gubernamental de urgencia con el primer ministro, Alexis Tsipras. Los partidos “no se retomarán hasta que un nuevo marco sea establecido, acordado por todos”, añadió, precisando que está “en contacto” con la UEFA.
El gobierno griego ya suspendió el campeonato hace dos años para poner fin a la violencia y sanear el fútbol nacional. Pero la medida no ha tenido el efecto deseado. Esta vez reaccionó de urgencia para poner fin a una nueva escalada en las últimas semanas que tuvo como colofón la interrupción del partido PAOK-AEK.
El domingo pasado, el presidente del PAOK, Ivan Savvidis, irrumpió en el césped con una arma en la cintura, para protestar por el arbitraje. Las imágenes del episodio han dado la vuelta al mundo. “Esto nos retrocede a los años anteriores, episodios así merecen respuestas valientes”, dijo Vasialidis. Además indicó que “en las próximas horas” se reencontrará con jugadores, federación y liga para establecer las medidas a tomar.
Savvidis, un influyente empresario greco-ruso de 58 años, es buscado por la policía griega, que emitió una orden de arresto por “violación de la ley deportiva”, señaló una fuente de la investigación.