Tanto Oliver como su esposa, Lucy, recibieron insultos y llamadas y mensajes amenazantes después de que el colegiado señalase un penalti a favor del Real Madrid en el minuto 93 por falta de Mehdi Benatia sobre Lucas Vázquez y expulsase al guardameta Giuanluigi Buffon por protestar. El posterior gol de Cristiano Ronaldo evitó la prórroga y clasificó al equipo blanco para semifinales de la Champions League.
La UEFA y la FA, máximo organismo del balompié inglés, condenaron el acoso sufrido por Oliver y su esposa y mostraron su “firme apoyo” al árbitro. “Me sentí muy orgulloso cuando recibí la llamada en la que me comunicaron la noticia. Dirigir una final de FA Cup no es algo que te imagines cuando empiezas en esto. Pero según avanzas en tu carrera te lo marcas como objetivo, aunque sabes que será complicado”, expresó el colegiado, en unas declaraciones en la página web de la FA.
“Esta es una oportunidad que sólo llega una vez en la vida”, subrayó Oliver. El icónico estadio de Wembley será la sede de la final de la edición número 147 de la Copa de Inglaterra entre el Manchester United, verdugo del Tottenham Hotspur en semifinales (2-1), y el Chelsea, que se deshizo en la penúltima ronda del Southampton (2-0).