El viernes la FIGC decretó el aplazamiento de este encuentro, correspondiente a la vigésima cuarta jornada, y hoy su presidente, Carlo Tavecchio, alegó que “lo del Parma es un problema de tribunales, no de deporte”.
“Considero que se llevarán a cabo progresos si conseguimos comprender cómo revisar las cuestiones económicas y de presupuesto. No aceptaremos la inscripción a los campeonatos de sujetos que no tienen capacidad ni liquidez para hacerlo. Esto será discutido por la Federación en breve” , dijo a los medios.
De acuerdo con las informaciones vertidas por los medios en los últimos días, el Parma no está en condiciones de asegurar la seguridad en el interior de su campo debido a que no puede pagar los “steward” o personal de seguridad. Además corren el riesgo de un corte de suministro eléctrico en cualquier momento debido a los impagos acumulados.
Esta situación no es nueva sino que en mayo del año pasado, la Alta Corte de Justicia Deportiva italiana negó al Parma la licencia UEFA para participar en la Liga Europa y repescó en su lugar al Torino. Además el pasado diciembre el equipo emiliano fue amonestado con un punto menos durante todo el torneo de Serie A y dos meses de suspensión a su presidente Tommaso Ghirardi y su administrador delegado Pietro Leonardi por no pagar el IRPF de algunos fichajes.
Esta sucesión de desastres propició la salida de jugadores como Antonio Cassano, que adujo el impago de sus honorarios. La Fiscalía de Parma ha solicitado la descomposición de la sociedad por incumplimientos fiscales y ha fijado una audiencia judicial para el próximo 19 de marzo.
El calvario se traduce en que, en la actualidad, el Parma se encuentra en la última posición de la tabla tras ganar solo 3 de los 23 partidos disputados.
Entre sus filas militan jugadores como el argentino nacionalizado italiano José Mauri, el volante chileno Critóbal Jorquera y el central uruguayo Cristian Rodríguez.