Ocho hinchas muertos en un mes en Argentina

BUENOS AIRES. La violencia e inseguridad en el fútbol que dejó ocho muertos en Argentina en menos de un mes, seis de ellos en choques de hinchas violentos, reaviva una flagelo que no logró solucionar la prohibición de los hinchas visitantes.

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La violencia recrudeció en la última semana en la que cuatro personas murieron en varios enfrentamientos entre hinchadas del fútbol del ascenso, dos de los cuales se produjeron entres facciones de una misma “barrabrava” (hinchada violenta).

En tanto, otros dos fanáticos perdieron la vida durante el fin de semana pasado al caer de las tribunas de sus respectivos estadios, en Córdoba (centro) y en Temperley (periferia sur). “Es tentador englobar todas estas muertes, pero el detonante puede ser distinto en cada caso”, dijo a la AFP el sociólogo Diego Murzi, un especialista en temas de violencia en el fútbol que trabaja para la ONG Salvemos al Fútbol (SAF).

Los clubes grandes ofrecen servicios que pueden redundar en importantes negocios como la atención del bar de las sedes, la reventa de entradas o el cobro ilegal del estacionamiento alrededor de los estadios, lo que genera recursos para contentar a todos aunque también agrava disputa económica.

En los clubes del ascenso, con menos recursos, “las disputas por el poder están muy relacionados con lo territorial, son un reflejo de la lucha por el barrio, el territorio”, señaló Murzi.

Un hombre de 32 años murió el miércoles de un disparo de arma de fuego en un choque entre facciones de la ’barrabrava’ de Ituzaingó de la Primera D (quinta división) , a 300 metros de su estadio.

Dos hinchas de 28 y 29 años de San Telmo, de la Primera C (cuarta división), murieron el martes tras un enfrentamiento con ’barrabravas’ de un club rival al sur de Buenos Aires, mientras que el jueves pasado murió otro hombre en una pelea entre facciones de la hinchada de Almirante Brown, de la Primera B (tercera).

A ellos se sumaron los dos jóvenes que cayeron de las tribunas, y que la ONG contabiliza como víctimas de la violencia e inseguridad en los estadios. Además, dos hinchas de 39 y 22 años de Newell’s Old Boys, de Primera División, resultaron muertos el 19 de octubre en sendos episodios, durante los festejos de Rosario Central por el triunfo 2-0 en el clásico de la ciudad futbolera de Rosario, 310 km al norte.

Se prendió una luz de alerta pero el secretario argentino de Seguridad, Sergio Berni, negó que se analice suspender los torneos: “No se puede parar el fútbol por 3 o 4 violentos” , dijo al canal América. “La violencia en el fútbol se puede evitar, pero no es un problema de resolución policial. Tiene que ver con los inmensos negocios que hay en el fútbol y con la complicidad de muchos dirigentes que se hacen los distraídos porque les conviene el negocio en negro”, dijo Berni.

Grupos radicales, violencia institucional, operativos de seguridad fallidos, dirigentes ineficientes o cómplices, e incluso estructuras vetustas, son las causas a combatir según Salvemos al fútbol, que contabiliza un total de 198 muertes en los últimos 40 años.

Para ponerle freno a la violencia, se prohibió en 2013 a las hinchadas visitantes concurrir a las canchas en Argentina, pero gran parte de los choques se están dando en el seno de una misma hinchada o fuera de los estadios. “Si uno se atiene a las cifras de muertos, el problema no mejoró en nada”, afirmó Murzi, quien se manifestó en contra de esa medida restrictiva porque “es como ir a un casamiento y que esté solo el novio y no la novia. La génesis del fútbol es convivencia, participación”.

Además de los millones de pesos o dólares que rodean al negocio del fútbol, “en Argentina hay una cuestión simbólica que forma parte del problema”, afirmó el sociólogo. “La barrabrava genera una cuestión de pertenencia, es la familia, el barrio, pero también la reputación, el que tiene más aguante (soporta más). El negocio es solo para unos pocos. La visión hegemónica no colabora a resolver el problema cuando repiten que todos son mafiosos o delincuentes”, advirtió.

Los cánticos de las hinchadas reflejan esa psicología y algunos invitan a sumarle más muertos al rival, como si fuera una conquista deportiva más.

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