Jugó sabiendo que secuestraron a su padre

LONDRES. El padre de Obi Mikel, capitán de la selección de Nigeria, fue secuestrado horas antes del encuentro del Mundial contra Argentina del pasado 26 de junio y liberado ayer por la policía nigeriana, según afirmó hoy el futbolista.

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El centrocampista del equipo chino Tianjin Teda, que militaba en el Chelsea hasta el año pasado, recibió la noticia del secuestro cuando viajaba en el autobús de su selección hacia el estadio de San Petesburgo el martes de la semana pasada.

Según relató el jugador a “The Guardian”, un miembro de su familia le llamó para explicarle la situación y le dio un número de teléfono que le habían facilitado los secuestradores, que le pidieron que pagara un rescate.

Mikel, de 31 años, explicó que su padre se dirigía a un funeral en el suroeste de Nigeria cuando fue secuestrado. A pesar de que las fuerzas de seguridad han podido liberarle, el futbolista aseguró que ha sufrido torturas y está ingresado en un hospital.

“Jugué mientras mi padre estaba en manos de esos bandidos. Tuve que contener el trauma. Recibí una llamada cuatro horas antes del inicio del partido para decirme lo que había pasado”, señaló. Nigeria perdió aquel encuentro por 2-1 contra Argentina, lo que llevó a su selección a la eliminación del Mundial.

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