Löw, en el cargo desde 2006 y que llevó a la Mannschaft al título mundial en Brasil-2014, tiene contrato hasta 2022, año del Mundial de Catar, aunque antes tendrá como reto importante la Eurocopa de 2020, donde los alemanes tendrán como misión borrar su mala imagen de Rusia.
Con Löw como seleccionador, Alemania siempre alcanzó al menos las semifinales en todos los grandes torneos, con la única excepción de Rusia-2018. Además del Mundial de 2014, conquistó la Copa de las Confederaciones en 2017.
La DFB había dado unos días al técnico para que tomara una decisión. “Valoro mucho la confianza que la DFB me ha dado y siento en general mucho apoyo y ánimo, pese a las críticas justificadas por nuestra eliminación”, declaró Löw tras una reunión con dirigentes de la Federación este martes.
“Mi decepción sigue siendo inmensa, pero querría centrarme en la reconstrucción con toda mi energía. Voy a analizarlo con mi equipo, hablar de ello y aprender la lección para el inicio de la próxima temporada. Todo lleva un tiempo, pero se hará antes de que vuelvan los partidos internacionales en septiembre”, añadió.
El siguiente encuentro que Alemania tiene programado será el 6 de septiembre en Múnich ante Francia, en el marco de una nueva competición, la Liga de Naciones.
El presidente de la DFB, Reinhard Grindel, había dicho antes del partido ante Corea del Sur que pasara lo que pasara seguiría apostando por Löw. Alemania cayó 2-0 en ese encuentro y quedó eliminada como colista del Grupo F del Mundial-2018.
A su regreso a Alemania tras la participación mundialista, el presidente de la DFB, Reinhard Grindel, dio a Löw la opción de decidir sobre su futuro, insistiendo en que esperaba su continuidad en el puesto.
Löw prefirió no responder y pidió tiempo para pensarlo: “Es demasiado pronto para responder... Vamos a hablar y veremos qué pasa”, había dicho. “El equipo no mostró lo que puede hacer en un momento normal y yo, como entrenador, soy responsable. Debo evidentemente preguntarme por qué no hemos triunfado”.
La prensa alemana había señalado en los últimos días que Löw se inclinaba por no abandonar el puesto dejando como su última hoja de servicios un fracaso tan rotundo, después de haberse convertido en un icono del fútbol alemán.
Löw no tiene grandes detractores en Alemania, un caso poco frecuente en un país donde comentaristas y periodistas de fútbol acostumbran a ser muy duros cuando se producen grandes decepciones deportivas. Tras la humillante derrota contra Corea del Sur se apuntó más a los jugadores como culpables, dejando en gran medida de lado al técnico.
En caliente, eso sí, los hinchas pensaban diferente. Más de 500.000 lectores participaron en el sondeo en internet de la revista Kicker justo tras la eliminación y un 73% prefería la salida de Löw.