Los hinchas con el dorsal 10 pegado a la espalda de una camiseta rosa, de la selección argentina o del FC Barcelona recorrieron las afueras del estadio BMO de Los Ángeles, ubicado en el centro de la ciudad, marcando la llegada de uno de los mejores jugadores del mundo a territorio californiano.
Incluso alguna que otra sudadera del conjunto argentino Boca Juniors se asomó entre los aficionados que acuden a este partido, que se disputa a las 20.30 hora local (04.30 GMT del jueves), una hora tardía para los horarios que acostumbran a disputarse los encuentros de fútbol en Estados Unidos.
Miles de seguidores formaron largas filas para acceder al encuentro, no sin antes pasar por los tradicionales puestos de perritos calientes y enchiladas mexicanas que rodean las principales entradas del estadio.
Algunos trataron de conseguir a contrarreloj una entrada a buen precio en los puntos de reventa. Es el caso de Luis, un joven aficionado de LAFC que solo quiere "ver a Messi", aunque no tiene la esperanza de poder lograrlo porque apenas quedan boletos, según indicó a EFE.
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El furor por Messi contrastaba con las bufandas y equipaciones de los locales, quienes vestidos de negro y ensalzando el escudo dorado de LAFC, animan a los angelinos sin la presión de sentirse intimidados por la presencia del número 10 del Inter Miami.