Alexis Sánchez, mermado por una lesión muscular durante casi toda la temporada, aún no había podido demostrar por qué fue uno de los grandes fichajes del verano para el Udinese. De hecho, no pudo debutar hasta el 19 de diciembre, cuando jugó 45 minutos en Copa ante el Inter.
Después, contra el Fiorentina no salió del banquillo y frente al Torino y el Verona saltó al terreno de juego para disfrutar de los últimos diez minutos. El Atalanta, necesitado de puntos para presionar al Nápoles en su pelea por el liderato, fue una prueba de fuego para Alexis Sánchez, en quien confió su entrenador, Kosta Runjaic, para ocupar un hueco en su ataque.
Y no decepcionó, porque el Atalanta sobrevivió de milagro a la primera parte, en la que Alexis Sánchez se erigió como el guía del Udinese. El chileno, muy activo, estuvo al frente de casi todas las operaciones de ataque de su equipo, que se marchó al descanso sin goles por la falta de puntería, de suerte y de las apariciones del portero Marco Carnesecchi.
El equipo de Gian Piero Gasperini vivió un acoso constante y prácticamente no se acercó a la portería del Udinese. Durante el acto inicial sufrió para mantener su lado del marcador a cero y sólo hasta los veinte minutos, en la primera aparición peligrosa de Alexis Sánchez, vivió con cierta tranquilidad.
Esa tranquilidad se rompió con un pase magistral del atacante chileno a Ehizibue, que cedió la pelota a Florian Thauvin para cerrar la combinación con un remate que se marchó cerca del primer palo de Carnesecchi. Y apenas unos minutos después, Thauvin, también inspirado, rozó un gol olímpico.
El carrusel de ocasiones no se detuvo y pasada la media hora un córner lanzado por Alexis Sánchez acabó en las botas de Kristensen, que se encontró con una intervención espectacular de Carnesecchi que salvó al Atalanta. Y, justo al borde del descanso, fueron los palos los que rescataron al equipo de Gasperini.
Y, de nuevo, el protagonista fue Alexis Sánchez, metido en todas las batallas aunque desesperado por su mala suerte porque en una doble ocasión estrelló dos remates seguidos contra los postes de la portería del Atalanta. Primero, un cabezazo que dio en el palo derecho de Carnesecchi y después, tras recoger el rechace, un zapatazo que golpeó en el larguero del afortunado guardameta del Atalanta.
El paso por vestuarios calmó al equipo de Gasperini, que durante bastantes tramos de la segunda parte dominó el choque. Incluso pudo marcar con un cabezazo de Isak Hien que se marchó cerca del palo izquierdo de Razvan Sava. Pero, aún así, Alexis, antes de terminar ovacionado tras ser sustituido por Iker Bravo, aún tuvo tiempo de regalar un buen pase a Thauvin que tampoco aprovechó ante la portería del Atalanta.
Al final, el marcador no se movió y los hombres de Gasperini se dejaron dos puntos con los que podrían haber empatado en la cabeza con el Nápoles, que se enfrentará este lunes al Verona para intentar ampliar su ventaja hasta las cinco unidades, una diferencia respetable pero que podría ser más amplía. El Udinese, con Alexis Sánchez a los mandos, rozó la victoria.