El equipo dirigido por Fabian Hürzeler no fue capaz capaz de romper la magia que surgió después de la llegada de Van Nistelrooy al Brighton. Su aparición por el conjunto del sur de Inglaterra fue un bálsamo que curó las heridas de cinco partidos oficiales sin conocer la victoria en la Premier League. Van Nistelrooy apareció tras su corta aventura como entrenador interino del Manchester United, vio el panorama, organizó a sus jugadores y venció a su estreno al West Ham (3-1).
Apenas cinco días después, el técnico neerlandés volvió a disfutar de un buen resultado para un equipo que mira hacia la zona baja de la tabla. Sobre todo, por cómo lo consiguió, cuando el Leicester tenía todo perdido, con un 0-2 en contra en el minuto 85 que se convirtió en un 2-2 final gracias a los tantos de Jamie Vardy y de Bobby De Cordova-Reid en el 86 y en el 91, respectivamente.
El Leicester no se rindió y consiguió dar la vuelta a una situación complicada tras los tantos en la primera parte de Tariq Lamptey y en la segunda de Yankuba Minteh. El primero, abrió el marcador a los 37 minutos con un zurdazo espectacular desde fuera del área y el segundo amplió la cuenta en el 79 después de sentar a dos rivales dentro del área antes de batir al portero Bart Verbruggen.
Sin embargo, la alegría del Brighton, que acarició la quinta plaza para finalmente terminar la jornada en la séptima fuera de los puestos europeos, duró apenas once minutos, los que tardaron Vardy, con un remate a bocajarro, y De Cordova, con un disparo a placer tras una asistencia de Vardy, para marcar dos goles que alargaron el ‘efecto Van Nistelrooy’ del Leicester, que ha encontrado un revulsivo en el banquillo para recuperar buenas sensaciones. Ahora, respira aliviado a cinco puntos de distancia del descenso.