Así fue. Los socios afectados de los municipios sacudidos por la catástrofe acudieron en autobuses que puso a su disposición el Valencia. La vestimenta del equipo contó con el mensaje 'Amunts valencians" y 'Units com sempre'. La 'senyera' gigante cedida por el Real Madrid se colocó en el centro del césped junto a un crespón negro en el marco de un acto marcado por la interpretación del himno regional apoyado por un mosaico espectacular que dibujó en la grada la bandera de la Comunidad Valenciana. César Tárrega y Hugo Duro no pudieron contener las lágrimas. Después, ambos celebraron goles que dieron la victoria a su equipo (4-2) en un partido plagado de emociones por culpa de una tragedia que nadie olvidará.
Una provocación muy cara
Las Palmas y Mallorca disputaron un duelo muy igualado y con alguna decisión arbitral controvertida que generó quejas entre los miembros de ambos equipos. Pero hubo una muy especial, a instancias del VAR, que costó muy cara al conjunto canario, derrotado 2-3 con un tanto de Johan Mojica en el minuto noventa tras una decisión del árbitro Alejandro Muñiz Ruiz que generó una situación algo surrealista.
La acción comenzó en un córner lanzado por el Mallorca en el minuto 85 que remató con Vedat Muriqi a bocajarro con la pierna izquierda. La pelota la detuvo Cillessen y Jaime Mata, mientras su compañero sacaba rápido para montar un contragolpe, celebró el fallo del jugador del Mallorca con gestos provocadores delante de Muriqi, que contestó con una peineta al delantero de Las Palmas. El VAR llamó a Muñiz Ruiz y el audio posterior fue claro: "Lo primero claramente es la provocación. Amarilla por la provocación (a Jaime Mata), luego hay roja por el gesto (a Muriqi) y como el balón está en juego voy a reanudar con tiro libre indirecto", dijo el árbitro. En el libre directo, Mojica marcó el 2-3 final y el Mallorca ganó gracias a una provocación de Jaime Mata que costó muy cara a Las Palmas.
Simeone se rompe
El Atlético de Madrid sufrió para ganar 2-1 al Alavés. De nuevo, y ya son muchas las ocasiones, el conjunto rojiblanco marcó sus goles en el último tramo del partido. En el minuto 76, cuando Antoine Griezmann empató desde el punto de penalti, acumulaba 71 minutos por detrás en el marcador por culpa del acierto, también desde los once metros, de Jon Guridi. A falta de poco para el final, Alexander Sorloth certificó la remontada y otra jornada con final feliz para Diego Simeone, que cumplió su partido número 700 con una victoria ajustada.
Después, ante las cámaras de DAZN, el técnico argentino sorprendió con una imagen pocas veces vista en el entrenador del Atlético de Madrid. Cuando le preguntaron por cómo estaba y por la energía que tenía (algo que siempre ha apuntado como clave para seguir en el club rojiblanco), inició su respuesta hasta detenerse de forma inesperada. Tras decir que estaba en paz y en el lugar que quiere, se emocionó y no pudo continuar con su intervención. Se despidió de los periodistas y se fue. Simeone mostró con su gesto el gran cariño que siente por el Atlético de Madrid.
La desconexión del Barcelona y el enfado de Hansi Flick
En apenas dos minutos, los que transcurrieron entre el 84 y el 86, el Barcelona dejó escapar en Balaídos un par de puntos que en un futuro pueden ser vitales en la lucha que mantiene con el Real Madrid por el título. Ganaba 0-2 al Celta gracias a los tantos de Raphinha y Lewandowski y un error garrafal de Jules Koundé provocó el tanto de Alfon González con el que el cuadro celeste recortó distancias. Absolutamente desconectados por el jarro de agua fría, los jugadores del Barcelona no reaccionaron y Hugo Álvarez certificó el empate apenas 180 segundos después.
Después, Hansi Flick no tuvo reparos en hacer autocrítica y en lamentar la actuación de su equipo: "Cometimos muchos errores y no tuvimos confianza con el balón. Tuvimos suerte con algunas situaciones. No fue sólo los últimos diez minutos, fue todo el partido. Tenemos que ser honestos. Jugamos un partido realmente malo. Cuando juegas al 80 por ciento o al 85, no puedes ganar". El enfado del técnico alemán, está justificado. En apenas dos partidos, la derrota frente a la Real Sociedad (1-0) y el empate en Vigo, han dilapidado parte de la ventaja que obtuvo su equipo tras exhibirse en el Bernabéu (0-4). Si el Real Madrid gana al Valencia su partido aplazado, se colocará a solo un punto de distancia.
Mbappé y un gol terapéutico
Peleado con el gol y en el foco de los debates durante toda la semana, Kylian Mbappé consiguió poner fin a su sequía anotadora con uno de los tres tantos que marcó el Real Madrid al Leganés en Butarque. Aunque fue un gol fácil (sólo tuvo que empujar la pelota a un pase de Vinícius), podría servir al atacante francés para tomar impulso hacia sus mejores estadísticas anotadoras que parecía tener guardadas en un cajón.
De hecho, Mbappé acumulaba cuatro encuentros oficiales, entre Liga de Campeones y Liga, sin ver portería. Ancelotti, cumplió a medias con la demanda de muchos de sus críticos y durante muchos tramos del encuentro colocó a Mbappé por la banda izquierda. Vinícius jugó en el centro, aunque ambos intercambiaron sus posiciones de forma intermitente. El francés pareció disfrutar más con ese rol, aunque aún no es infalible: antes de ser sustituido por Modric, falló un mano a mano ante Dmitrovic. Sin embargo, su gol, el noveno de la temporada en todas las competiciones, podría marcar un punto y aparte en su protagonismo dentro del Real Madrid, que añora los números de su estrella en el PSG: el curso pasado, en los 17 primeros partidos, los mismos que ha jugado ahora, acumuló el mismo número goles.