"No queremos que se repitan los acontecimientos de la pasada semana en Ámsterdam", afirmó Retailleau, en unas declaraciones al canal BFM, en referencia a los incidentes entre aficionados neerlandeses e israelíes con el trasfondo del conflicto en Oriente Medio, y que fueron calificados como "antisemistas" por el Gobierno francés.
El Ejecutivo francés ha preparado un despliegue de seguridad inédito, con 4.000 policías y gendarmes en París y la vecina localidad de Saint-Denis, donde se encuentra el Estadio de Francia, escenario del choque.
Retailleau describió que habrá medidas para "antes, durante y después del partido", a fin de evitar que se repita el "terribles" episodio de Ámsterdam, en los que hubo cinco heridos y más de sesenta detenidos.
El ministro francés del Interior explicó que los comercios de la zona que rodea el estadio cerrarán a las 15.45 hora local (el encuentro comienza a las 20.45) y el acceso se hará con un doble control de seguridad, como el que se aplicó en los Juegos Olímpicos de París.
Las autoridades solo permitirán que los espectadores ondeen banderas de Francia e Israel y han prohibido las de Palestina.
Para el partido, se ha instalado una valla especial para impedir que los espectadores puedan saltar al terreno de juego, algo que el ministro consideró como el principal riesgo de disrupción.
Además de un importante número de agentes de uniforme dentro del estadio, habrá policías de civil para controlar que no se profieran gritos o eslóganes de odio, añadió el ministro.
Retailleau agregó que, tras el encuentro, las fuerzas de seguridad también patrullarán los metros y trenes de cercanías "hasta el corazón de París", para asegurar que no hay incidentes en el retorno de los aficionados.
"No se va a retirar el dispositivo inmediatamente tras el partido", insistió.
La cuestión de la seguridad tras los incidentes de Ámsterdam ha superado casi por completo la parte deportiva del encuentro, ya que su interés futbolístico es muy limitado debido a la diferencia de ambas selecciones en el Grupo 2 de la Liga 1, con Francia a solo un punto de clasificarse para la siguiente fase y la débil Israel última tras haber perdido los cuatro encuentros disputados hasta ahora.
El seleccionador francés, Didier Deschamps, mostró hoy su deseo de que el duelo con Israel "siga siendo un partido de fútbol".
"Hemos preparado el partido con la mayor normalidad posible. Nadie en el conjunto de la selección francesa puede ser insensible a un contexto que es pesado y agobiante. Pero intentamos que siga siendo un partido de fútbol", declaró Deschamps en la rueda de prensa previa al partido.