El equipo de Álvaro Arbeloa encajó su primera derrota en la Liga de Campeones de juvenil, penalizado por una accidentada primera mitad. Salvo dos ocasiones en el arranque de Yáñez, el Real Madrid estuvo a merced del Lille. El conjunto francés exhibió potencia, encontró en el extremo izquierdo el desborde de Younes Lachaab y a un jugador que fue el mejor del partido, Soriba Diaoune.
Sus lecturas de los ataques y del juego, la pegada que exhibió en el primer tanto y como hizo jugar al resto de sus compañeros, desarbolaron a un Real Madrid superado. Se salvó de encajar antes porque Imbondo perdonó un mano a mano. Y cuando el equipo de Arbeloa, sintiéndose superado, intentó meter calma al partido teniendo más balón, fue castigado con dureza en transiciones.
En tres minutos, los que abarcan entre el 40, cuando apareció Diaoune como factor decisivo con un autopase y una gran definición, y el 43 que marcó en contragolpe Ayodele, el duelo quedó marcado. La reacción madridista llegó en la segunda mitad, cada equipo fue dueño de una parte, pero el Lille supo manejar su ventaja y llevar el partido donde le interesaba.
Estrechó el marcador Yáñez a los 57 minutos con un gran disparo lejano y apenas un minuto después dispuso de la más clara, tras el pase de Pol Durán, cuando cruzó en exceso su golpeo. La voluntad del Real Madrid no se tradujo en numerosas ocasiones pese al dominio.
Perdonó tras un saque de esquina y, en un arbitraje muy protestado por la dureza consentida al Lille, acabó pidiendo un penalti por mano de Imbondo que cortó un disparo a puerta, que no fue señalado; y lamentando el remate al palo de Roi Torres en el minuto 88 y la parada salvadora de Samy Merzouk en el añadido al disparo en semifallo de Cristian Perea.