Trejo, de 36 años, afronta su novena temporada en el Rayo Vallecano y es uno de los pesos pesados del vestuario, aunque no porta el brazalete de capitán tras renunciar a él hace un año por discrepancias con la forma de dirigir el club de la directiva que preside Raúl Martín Presa.
Acostumbrado a ser un jugador importante sobre el césped, Trejo está viendo esta temporada como su rol dentro del equipo ha cambiado. Ha pasado de ser un jugador con muchos minutos de juego, casi siempre como titular, a un papel secundario en este curso, en el que apenas suma tres partidos disputados y 131 minutos sobre el césped de los 720 posibles.
La apuesta de Iñigo Pérez por Jorge de Frutos y en el último partido por el colombiano James Rodríguez le han relegado a un discreto papel en la mediapunta, una posición sensible en el Rayo por la habitual intención del técnico navarro de jugar con un único delantero y un refuerzo por detrás como asistente por delante del centro del campo.
Ya la pasada temporada, de los trece partidos dirigidos por Iñigo Pérez, el argentino participó en once, en dos se quedó sin jugar en el banquillo (Celta de Vigo y Alavés) y en cuatro empezó de suplente y salió en los últimos minutos de las segundas partes.
Esta semana, el Rayo se enfrenta en el José Zorrilla al Valladolid, un rival al que Trejo se ha enfrentado en ocho ocasiones con el equipo madrileño con un balance de cinco victorias, dos empates y una derrota.