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Con más de la mitad del estadio ocupada por aficionados ingleses, los españoles volverán a encontrarse un ambiente hostil, luego de unos cuartos de final contra la anfitriona Alemania y silbidos por parte del público local durante el partido de semifinales contra Francia.
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Para la armada de aficionados ingleses, llegados en gran número a Alemania durante toda la Euro, la final es la gran oportunidad con la que pasar página del mal trago de Wembley en la última edición, perdiendo el título en los penales contra Italia.
Pero tres años son mucho tiempo en el fútbol, y los jóvenes Jude Bellingham y Pedri, protagonistas en aquella edición por su talento y juventud, han dado paso a una nueva y brillante generación, con Kobbie Mainoo en el centro del campo inglés y Lamine Yamal en el ataque español.
España busca su cuarta corona, después de las alcanzadas en 1964, 2008 y 2012, mientras que Inglaterra va por la primera, tras la definición perdida en la edición pasada.
