Tuchel y el Bayern, una relación fallida de principio a fin

Berlín, 21 feb (EFE).- La decisión del Bayern Múnich y de su entrenador Thomas Tuchel de separar sus caminos a finales de esta temporada era algo que se esperaba, en un curso que amenaza con ser el primero sin títulos desde 2012 para el club, y después de que los 15 meses de la relación con el preparador estuviesen llenos de contratiempos.

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El último entrenador del Bayern que despidió una temporada sin títulos fue Jupp Heynckes en 2012, cuando perdió la Bundesliga y la Copa de Alemania a manos del Borussia Dortmund de Jürgen Klopp y la final de la Liga de Campeones en su propio estadio ante el Chelsea en la definición por penaltis.

Sin embargo, en ese momento la situación de Heinckes -que la temporada siguiente ganó el triple con el Bayern- era radicalmente distinta. Su relación con la plantilla estaba intacta, lo mismo que su relación con la cúpula del club. La confianza en él era plena.

Además, el Bayern era un equipo en crecimiento, que se había estrellado con el Dortmund de Klopp dos temporadas seguidas pero en el que -incluso desde los tiempos del antecesor de Heynckes Louis van Gaal- habían quedado sentadas las bases para más de una década de éxitos continuos.

Heynckes, además, afrontaba la situación con serenidad y con confianza, a diferencia de lo que ocurre con Tuchel, que ha dado muestras de desesperación.

En el último partido de la Liga de Campeones contra el Lazio, que el Bayern perdió por 1-0, hubo un momento en el que, tras una serie de pases perdidos del Bayern, Tuchel se llevó las manos a la cara dando una sensación de impotencia.

En otros partidos con resultados adversos, sus declaraciones posteriores dieron la sensación de que tenía dificultades para encontrar explicaciones a lo que estaba pasando y lo única que decía era que no sabía por qué había tanta distancia entre lo que mostraba el equipo el equipo en los entranamientos y lo que mostraba en situación de competición.

Algunos críticos -entre ellos el ex internacional y ex jugador del Bayern, Dietmar Hammann- han definido como un "malentendido" la relación entre Tuchel y el Bayern. Con ello apuntaban a que se había fichado a un entrenador con características distintas a la que se necesitan en un club como el bávaro.

Las cualidades de Tuchel se han mostrado en otros equipos, desde el Maguncia hasta el Chelsea, equipo con el que ganó la Liga de Campeones, pasando por el Dortmund y por el PSG. Pero dirigir el Bayern es algo que requiere manejar situaciones especiales.

Contra las complicaciones específicamente bávaras se han estrellado incluso pesos pesados como Van Gaal o Carlo Ancelotti, ambos en su segunda temporada.

El fin de la era Tuchel tras menos de dos temporadas no es algo raro en la historia reciente del Bayern. Desde los ya remotos tiempos de Ottmar Hitzfeld, que estuvo seis temporadas seguidas desde 1998 hasta 2004 -y después tuvo que someterse a un tratamiento por sindrome de agotamiento- sólo Pep Guardiola ha completado tres temporadas seguidas.

Para los otros terminar la segunda temporada ha sido ya casi un éxito. Falta por ver si Tuchel llega al final -como es la intención del club- o si la situación se agrava y su adiós se precipita.

La esperanza es que la claridad sobre el futuro de Tuchel tenga un efecto liberador sobre el equipo. El peligro es que su adiós anunciado le reste autoridad sobre la plantilla y que las inevitables discusiones que habrá sobre la sucesión generen aún mas intranquilidad de la que ya existe.

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