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Figura emblemática del fútbol alemán y mundial durante medio siglo, primero como jugador (campeón de la Eurocopa en 1972, campeón del mundo en 1974, Balón de Oro en 1972 y 1976) , seleccionador (campeón del mundo en 1990) , y dirigente, Franz Beckenbauer falleció rodeado de su familia en Salzburgo (Austria) .
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El que fuera jugador del Bayern de Múnich fue inhumado en el cementerio ‘Am Perlacher Forst’, al sur de la capital bávara, y el Bayern, club en el que militó la mayor parte de su carrera, decidió rendirle un homenaje póstumo este viernes, en el Allianz Arena, que Beckenbauer, entonces presidente del club, hizo construir a comienzos de los años 2000.
Una imagen de Beckenbauer fue colocada en el círculo central, rodeado de una treintena de coronas de flores enviadas por varios grandes clubes mundiales.
La ceremonia tuvo lugar en presencia del presidente de la FIFA Gianni Infantino, del presidente de la UEFA Aleksander Ceferin, de los presidentes del París SG Nasser al-Khelaïfi y del FC Barcelona Joan Laporta, o del presidente de honor del Real Madrid, José Martínez ‘Pirri’, y del director de Relaciones Institucionales de ese club de la capital española, Emilio Butragueño.
Varios grandes nombres del fútbol alemán (Paul Breitner, Lothar Matthäus, Bastian Schweinsteiger) e internacional (el francés Bixente Lizarazu, el portugués Deco) también asistieron a la ceremonia, al igual que el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y el canciller Olaf Scholz.
Emoción y música
“No sé si los ángeles del cielo hacen deporte. Pero si es así, entonces han tenido que escuchar una nueva voz con acento bávaro que les ha dicho que salgan al campo a jugar al fútbol” , dijo Steinmeier, haciendo referencia a una célebre frase de Beckenbauer como seleccionador nacional, pronunciada antes de la final del Mundial de 1990.
“Querido Franz, hace ahora doce días que falleciste y te echo mucho de menos. Descansa en paz” , afirmó por su parte Uli Hoeness, presidente de honor del Bayern y miembro de la dirección con Beckenbauer, durante un discurso emotivo y salpicado de anécdotas, algunas de las cuales hicieron sonreír a los espectadores.
El homenaje dio inicio con los acordes del ‘Con Te Partiro’ y concluyó con el ‘Nessum Dorma’, dos arias interpretadas por el tenor muniqués Jonas Hofmann, al término de una ceremonia de 1 hora y cuarto, en un estadio con alrededor de 25.000 espectadores, en una tarde gélida (cero grados centígrados y algunos copos de nieve).
Los espectadores entonaron también la canción “Gute Freunde Kann Niemand Trennen” (Nadie puede separar a los buenos amigos) , una oda a la amistad que Beckenbauer grabó a finales de 1966, unos meses después del Mundial que Alemania Federal perdió contra Inglaterra en Wembley.
Esa canción ya fue utilizada el pasado viernes para acompañar la entrada al césped de los jugadores del Bayern de Múnich y el Hoffenheim, como primer homenaje en el Allianz Arena, en un partido de la 17ª jornada de la Bundesliga.