Era el 3-2 de un partido tenso y bronco más que brillante. Un ida y vuelta como ya es costumbre en los últimos derbis. Ni Oblak, ni Lunin tuvieron su noche. Los dos regalaron dos tantos. El atlético el 1-1 y el madridista el 2-1. Empató Joselu dos minutos después de saltar al terreno de juego y forzó la prórroga, una más en el derbi capitalino.
Y en el tiempo extra irrumpió Griezmann, homenajeado antes del partido por haber superado a Luis Aragonés como máximo goleador histórico de la entidad. El francés se inventó un tanto espectacular. Una diana celebrada como nunca en el Metropolitano. Su tanto 175 y el 3-2.
Griezmann dejó atrás a Vinicius, increpado por Simeone al final del encuentro antes de la prórroga por sus celebraciones. Y abroncado por Ancelotti por volver por protestar más que jugar. Vinicius no hizo lo que prometió después de vencer al Barcelona en la Supercopa. Provocó y enfadó al público. No lo respetó. Se equivocó de nuevo. Su actitud no tiene justificación. Ancelotti tiene un problema con él.
Griezmann salvó el honor de los suyos y llenó de orgullo a su gente. Hizo el 3-2 y dejó a Vinicius en el suelo. El estallido fue brutal. Todavía mayor cuando Riquelme anotó el 4-2. La revancha estaba consumada. Y Vinicius se fue derrotado. También el Real Madrid, por segunda vez este curso en el Metropolitano. 3-1 en la liga y 4-2 en la Copa. Griezmann salvó el honor del Atlético. EFE.
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