El conjunto dirigido por Gian Piero Gasperini sufre en la Serie A lo que no sufre en la Liga Europa. Por el continente es un equipo eficiente, mientras que en Italia muestra una irregularidad alarmante.
La semana pasada, tras empatar frente al Sporting Lisboa, se clasificó matemáticamente como primera de grupo para los dieciseisavos de final de la Liga Europa. Gasperini y sus jugadores, días después, intentaron ampliar sin éxito su felicidad continental en la Liga y acabaron dándose otro tortazo.
Se lo propinó el Torino, otro club que necesitaba darse una alegría. Su racha tampoco era para echar cohetes después de empatar con el Monza (1-1) y de perder ante el Bolonia (2-0). Tampoco podía fallar si quería engancharse a la pelea europea y alejarse de los puestos de descenso.
Lo consiguió. Alcanzó los 19 puntos y se colocó a cuatro del sexto, la Fiorentina, y a uno de su rival de este lunes, el Atalanta. Los tantos de Zapata a los veinte minutos, de Sanabria en la segunda parte desde el punto de penalti y de nuevo del delantero colombiano en el tiempo añadido, certificaron el mal momento que atraviesa el Atalanta en la Serie A.