Según la CBF, diversos comentarios "comparaban a los jugadores y aficionados brasileños con monos", como también hicieron en el perfil de Rodrygo Goes, delantero del Real Madrid, tras su encontronazo con el argentino Lionel Messi el pasado martes en el Maracaná.
En esos mensajes también fue insultado el presidente de la entidad, Ednaldo Rodrigues, al que se le tachó de "indio de forma peyorativa".
"Este tipo de crimen no será tolerado", sentenció el órgano rector del fútbol brasileño, que informó de que ya ha denunciado los hechos ante la Policía para "identificar y castigar a los autores".
Asimismo, señaló que ha notificado a Instagram y que ha enviado sendos oficios a la FIFA y la Conmebol relatando lo sucedido.
"Nuestra lucha seguirá y no será interrumpida por actos como estos (...) No habrá tregua. La lucha contra los prejuicios es una de las banderas más importantes de la actual gestión", manifestó.
En la nota, Ednaldo Rodrigues dijo sentirse orgulloso de ser "el primer negro, descendiente de indígenas, en ocupar la presidencia de la CBF" y subrayó que continúa firme con su compromiso de "transformar el fútbol brasileño en un lugar sano".
"No me voy a apartar jamás de mis compromisos, ni me dejaré intimidar por criminales, racistas, xenófobos y corruptos que vagan por las sombras", sentenció.
La reacción de la CBF se produce un día después de que Rodrygo también denunciase la "invasión" en sus redes sociales de "ofensas" racistas y "todo tipo de absurdos".
Esta oleada de insultos se produce poco después del truculento partido entre Brasil y Argentina jugado el martes pasado en el Maracaná, correspondiente a la sexta jornada de las eliminatorias suramericanas para el Mundial 2026.
El encuentro estuvo marcado por la trifulca que hubo entre ambas aficiones, lo que obligó a intervenir a la policía.
Los jugadores de la Albiceleste se llegaron a retirar a los vestuarios y solo regresó al césped del Maracaná diecisiete minutos después, cuando la situación ya estaba bajo control.
Argentina venció por 0-1 en la que fue la primera derrota en casa de Brasil en una fase clasificatoria para un Mundial.