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El organismo explicó que propondrá una solución técnica que permita la readmisión de las selecciones rusas sub-17, tanto femeninas como masculinas, en las competiciones, aunque ya se hayan celebrado los sorteos de las mismas.
Todos los partidos de las selecciones de Rusia se jugarán fuera de territorio ruso, sin la bandera del país, el himno y la equipación de juego nacional.
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La UEFA reiteró su condena a “la guerra ilegal de Rusia” y recordó que fue el primer organismo deportivo que reaccionó contra la misma y tomó medidas en febrero de 2022, cuando suspendió a todos los equipos rusos de sus competiciones, eliminó eventos programados en Rusia, como la final de la Liga de Campeones en San Petersburgo y la Supercopa en Kazán, y canceló su contrato de patrocinio con Gazprom.
El organismo señaló en un comunicado que “es consciente de que los niños no deben ser castigados por acciones cuya responsabilidad recae exclusivamente en los adultos” y mostró su “firme convencimiento de que el fútbol nunca debe renunciar a enviar mensajes de paz y esperanza”.
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“La suspensión continuada de la UEFA contra los equipos rusos de adultos refleja su compromiso de adoptar una postura contra la violencia y la agresión. La UEFA está decidida a mantener esta postura hasta que termine la guerra y se restablezca la paz. Pero al prohibir a los niños participar en nuestras competiciones, no sólo no reconocemos ni defendemos un derecho fundamental para su desarrollo integral, sino que directamente los discriminamos”, afirmó su presidente, Aleksander Ceferin.
El dirigente esloveno consideró que “al darles la oportunidad de jugar y competir con sus compañeros de toda Europa”, la UEFA está invirtiendo “en lo que espera que sea una generación futura más brillante y capaz y un mañana mejor”.