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Perú exigió a Fernando Diniz en su primer juego de visitante, pero la ‘Canarinha’ consiguió una victoria 1-0 sobre la bocina en Lima el martes, con un arma que fue útil durante la era Tite (2016-2022): el juego aéreo.
La cabeza de Marquinhos, en un córner cobrado por ‘Ney’ en el minuto 90, permitió a los pentacampeones del mundo consolidarse en la punta del clasificatorio sudamericano, tras haber goleado 5-1 a la débil Bolivia en el debut, el viernes en la ciudad brasileña de Belém (norte).
“Cada encuentro tiene su historia. Tenemos que saber buscar el triunfo sin importar la manera de jugar del adversario. Hoy la victoria salió de una pelota parada, que nadie imaginaba, pero que también define el partido”, dijo el defensa del PSG.
El entusiasmo despertado por el juego mostrado ante los bolivianos menguó después del choque ante los incas de Paolo Guerrero.
Aunque repitió el mismo once que atropelló a Bolivia, el ‘scratch’ padeció para doblegar a un Perú que tiene un nivel más acorde al que puede encontrar en sus rivales en el largo camino hacia el Mundial que organizarán Estados Unidos, México y Canadá en 2026.
Tiempo al tiempo
“No tuvimos tanta fluidez, el campo estaba un poco extraño, un poco diferente a lo que los jugadores están acostumbrados. Eso facilitó el marcaje, y tuvimos más errores técnicos de lo habitual”, dijo el DT brasileño.
Con contrato hasta julio de 2024, cuando el italiano Carlo Ancelotti debe asumir las riendas de la Seleção, Diniz valoró las dos victorias, alcanzadas usando la base que participó en Catar-2022, donde cayó en cuartos de final ante Croacia.
Lo hizo sin el lesionado Vinicius Jr, esperanza para pelear por el hexacampeonato mundial, y en menos de semana y media de trabajo, poco tiempo para implantar la filosofía ofensiva que le ha hecho destacarse bajo el comando del Fluminense de Rio de Janeiro.
Y con la tranquilidad de que ni el más pesimista diría que la Canarinha tendrá líos para clasificar al Mundial, aún menos después de la ampliación de los cupos de Sudamérica para la máxima cita futbolística (de 4,5 a 6,5).
Jugando bien o mal, Brasil no pierde en la eliminatoria desde el 8 de octubre de 2015 (2-0 contra Chile en Santiago). Con el triunfo en Lima, llegó a 36 partidos seguidos sin caer: 28 victorias y ocho empates, con 87 goles a favor y 15 en contra.
La Argentina de Lionel Messi, campeona del mundo en Catar-2022 y que le ganó 1-0 en la final de la Copa América-2021 en pleno Maracaná, parece su único escollo en la región.
Buscar soluciones
Pero si la Canarinha quiere recuperar protagonismo internacional y bordear su sexta estrella mundial y la primera desde 2002, debe encontrar soluciones a dos males que la aquejan desde los tiempos de Tite.
Con sus luces y sombras, Neymar ha demostrado que el buen juego y el diferencial de la selección brasileña pasa por su cabeza y pies.
Aunque de su pierna derecha surgió el tanto de Marquinhos, en Lima tuvo un partido gris, contrario a la actuación destacada contra la Verde, en la que dio una asistencia y anotó un doblete, superando a Pelé como goleador histórico del equipo nacional masculino (79 goles).
Cuando tiene “una mala noche el resto del equipo lo siente” , escribió el comentarista Julio Gomes en el portal UOL.
La falta de un hombre que asuma el protagonismo cuando el ‘10′, ahora cara destacada de la millonaria liga saudí, está desconectado no es el único problema.
A Brasil le ha costado encontrar un centrodelantero de confianza, que parecía haber hallado en Richarlison, su artillero en Catar con tres goles.
El carismático atacante se fue en blanco en los dos juegos, lloró en el banco en Belém y ha perdido terreno en el Tottenham (dos goles en 29 partidos disputados este año entre su club y la selección).
Sus reemplazantes -Matheus Cunha y Gabriel Jesus- tampoco marcaron, acumulando deudas para la próxima doble jornada del clasificatorio en octubre, en la que recibirán a Venezuela (5º) y visitarán al Uruguay (4º) de Marcelo Bielsa.