El juez Antonio Maria Patiño aceptó la denuncia presentada en la víspera por la Fiscalía por los delitos de "discriminación racial" e "incitación a la violencia", pero permitió al acusado responder al proceso en libertad.
El magistrado tildó de "vil" los gestos racistas del preparador físico, pero consideró que su puesta en libertad no representa "un peligro para la sociedad", ni "pone en riesgo el orden público", contrariando así al Ministerio Público, que había solicitado mantenerle en prisión preventiva.
Avellino fue arrestado la noche del 11 de julio por agentes de la Policía Militar tras el partido de ida de la eliminatoria entre Universitario y Corinthians por una plaza para los octavos de final de la Copa Sudamericana, jugado en el estadio Neo Química Arena de Sao Paulo.
La Fiscalía reflejó en la querella que, en los últimos minutos del encuentro, Avellino, "de forma "libre y consciente", "profirió palabras y gestos" en dirección a la afición rival "en clara provocación" y "asumiendo promover tumulto o incitar a la violencia".
"En seguida, simuló gestos de mono con los brazos dirigiéndose a los aficionados brasileños", señaló en la denuncia, que incluyó imágenes del momento.
Con ello "despreció e disminuyó" a las personas negras "al asociarlas a un animal irracional (mono)", dando a entender que "los negros son animales, por debajo de los blancos en la escala evolutiva y, por tanto, tienen menos derechos", según el Ministerio Público.
El partido de vuelta de esta eliminatoria por un cupo en los octavos de la Sudamericana se disputó el último martes en Lima en medio de altercados entre los jugadores de ambos equipos, que acabaron con cinco expulsados: tres de Universitario y dos de Corinthians.
Corinthians terminó ganando 1-2 y se clasificó para octavos, donde se verá las caras con el Newell's Old Boys de Argentina.